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Movilidad y automoción en 2024: tres retos y una esperanza

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El grado de implantación del vehículo eléctrico es preocupante: ni el número de unidades de vehículos electrificados vendidos, ni el número de puntos de recarga de acceso público interurbano instalados cumple con los objetivos fijados a nivel nacional o europeo.

La industria de la automoción española presenta un futuro lleno de incertidumbre ―pero a la vez con dosis muy razonables de esperanza― en los retos que debemos afrontar en 2024. La primera incertidumbre es la relativa a la recuperación del mercado, ya que, si en 2018 se matricularon en España 1.321.000 vehículos, en 2023 será difícil llegar al millón de matriculaciones. Por tanto, en un escenario de incertidumbre política y altos tipos de interés, un primer reto para 2024 será la recuperación el mercado en torno a 1.250.000 vehículos matriculados. Con ello, no solo aseguraremos el crecimiento económico y el empleo en esta industria clave de la economía nacional, sino que ganaremos cuotas importantes de seguridad vial, ya que la antigüedad media de los vehículos en España se sitúa en una media realmente preocupante: 14,5 años.

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En cuanto a la situación del grado de implantación del vehículo eléctrico en nuestro país, la situación también resulta preocupante: ni el número de unidades de vehículos electrificados vendidos, ni el número de puntos de recarga de acceso público interurbano instalados cumple con los objetivos fijados a nivel nacional o europeo. Si se mantiene la tendencia reciente, un 25% de los automóviles matriculados en España en el cuarto trimestre de 2024 será electrificado, “lejos” del promedio de la Unión Europea, que ya alcanzó ese umbral en el tercer trimestre de 2023.

¿Qué retos tenemos como país para comenzar a revertir esta situación en 2024? Fundamentalmente tres. El primero debería ser el diseño de programas eficaces para la descarbonización de la movilidad, que debería incluir la eliminación de la tributación de las subvenciones de los distintos planes MOVES en el IRPF, y cobrándolas además en el momento de la compra del vehículo. El segundo debería ser una importante reforma de la fiscalidad del automóvil, que debería incluir deducciones del IVA e Impuesto de Sociedades para vehículos electrificados y puntos de recarga, así como una fiscalidad al uso orientado al impuesto de matriculación y circulación.

Por último, pero en absoluto menos importante, el despliegue definitivo de la infraestructura de recarga debe ser una prioridad total en 2024. Para hacer efectivo este despliegue será capital abordar cuestiones como el impulso del Plan Moves de alta potencia (+150Kw), la aplicación de plazos abreviados para los trámites de acceso y conexión,  la implementación efectiva de objetivos vinculantes de despliegue de infraestructura pública por años y potencias, así como garantizar la interoperabilidad en el pago de los puntos de recarga de acceso público o la entrada en vigor efectiva de las medidas acordadas en el Grupo de Trabajo de Infraestructura de Recarga del Vehículo Eléctrico (GTIRVE). Un aspecto positivo en este asunto es que la aprobación de la propuesta de Circular de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) de junio de 2023, que simplifica el procedimiento de instalación de puntos de recarga e incrementa la transparencia sobre la capacidad disponible de la red, contribuirá a agilizar el despliegue.

Además de los retos que el sector de la automoción deberá abordar en 2024, debemos comentar otras importantes cuestiones, y preocupaciones que afectarán de manera importante en el devenir de este sector clave. La persistencia de los problemas derivados de la falta de microchips y semiconductores, así como los efectos de la guerra en Ucrania y en Oriente Próximo, marcará inexorablemente el ritmo de la recuperación del mercado. La evolución de los combustibles sintéticos y de la entrada en vigor de la norma Euro 7, serán igualmente esenciales desde el punto de vista de la necesaria neutralidad tecnológica y medioambiental.

Para cerrar el análisis de coyuntura del sector de la automoción para 2024 nos gustaría terminar como comenzamos, es decir, aludiendo a las altas dosis de esperanza que reflejan otros indicadores. En primer lugar, el clima de confianza del sector ha crecido notablemente y un 53% de las empresas del sector esperan cerrar el año 2023 con un aumento de su facturación. Igualmente, el 34,4% de las empresas prevén más contrataciones de nuevos perfiles de empleados y la apuesta por la nueva movilidad se diversifica concentrando las inversiones del 69% de empresas en el vehículo eléctrico. Además, se reducen las diferencias con las inversiones de las compañías de automoción en otras actividades como las plataformas de nueva movilidad (27%), el vehículo conectado (25%) y la movilidad compartida (20%), sin olvidar también que el PERTE VEC III se adelantará a principios de 2024 con una dotación de 1.200 millones de euros para atraer a más fabricantes de coches eléctricos y baterías.

Todo ello redundará, sin duda, en mantener el milagro industrial español: una industria, la de automoción que triplica la fabricación de vehículos de otros países como Francia o Italia, a pesar de que cuentan con más plantas de fabricación que nuestro país, y que nos convierte en el segundo fabricante europeo de automóviles después de Alemania. 

Publicado en El Diario Vasco

Resumen

La Ley de Movilidad Sostenible será un acontecimiento capital. El Proyecto de ley que pronto se enviará las Cortes para su tramitación, se fundamenta en cuatro pilares básicos: la movilidad como derecho social; la movilidad limpia y saludable; sistema de transporte digital e innovador y fomento de la inversión al servicio de los ciudadanos. Otro hito importante en 2023 será las delimitaciones obligatorias de las Zonas de Bajas Emisiones en los municipios con población superior a 50.000 habitantes.

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