El primer activo es una población joven y en crecimiento. Algunos estudiosos señalan que “la demografía es el destino”. En este contexto, hay que señalar que la edad media de la población africana es de diecinueve años y que dicha población representa actualmente el 18% de la población mundial. Responsables políticos y académicos proyectan que la población de África aumentará al 25% de la población mundial total para 2050 y el 38% para 2100.
Esta tendencia posiciona a África como un futuro centro de consumo global y fuente de mano de obra. Y estos datos son ya respaldado por el hecho de que actualmente, la demanda interna de África es el motor más importante del crecimiento del continente. Representó el 69% del crecimiento de África entre 2002 y 2018. Dicha demanda está cambiando además hacia productos más procesados y está creciendo 1,5 veces más rápido que el promedio mundial. La demanda de muchos otros productos como vehículos de motor, manufacturas de metales y maquinaria industrial también se expande más rápido que el promedio mundial.
A pesar de las grandes inversiones en robótica e inteligencia artificial, la demanda de mano de obra de África a Europa está aumentando y seguirá creciendo y ya existen en varios países europeos estrategias bien definidas de emigración temporal para trabajadores africanos cualificados. La segunda ventaja es que África, como indica The Economist, es la región más rica del mundo en términos de dotación de recursos naturales con el 30% de las reservas minerales mundiales, y 12 y 8 % de las reservas de gas y petrolíferas. El continente también posee el 40 % del oro del mundo y el 90 % del cromo y el platino. En 2019, alrededor del 63 % de la producción mundial de cobalto provino de la República Democrática del Congo. Es por esa dotación tan rica en recursos que algunos estudiosos categorizar a África como el “escenario de competencia global” a los vastos recursos naturales de África, algunos de que se caracterizan como “materias primas críticas” (que África llama minerales verdes y estratégicos).
África puede y debe transformar la que se ha llamado “maldición de los recursos” en un motor de crecimiento económico. El tercer activo que África puede aportar al G20 emana del espacio de prosperidad y estabilidad que puede originar el establecimiento y funcionamiento de la Zona de Libre Comercio Continental Africana lanzada en 2012. A través de este proceso se está estableciendo un gran mercado que reunirá a 54 países de la Unión Africana y 1.400 millones de personas. Al día de hoy, 46 de los 54 países miembros de la Unión Africana han depositado ya los instrumentos de ratificación.
El establecimiento de una Unión Aduanera /mercado común africano puede no solo crear riqueza sino también facilitar una mayor convergencia de las políticas económicas dentro del continente africano contribuyendo así a la agenda de cooperación económica y gobernanza global. Sin menospreciar los enormes desafíos del continente, existen pues motivos para el optimismo en cuanto al papel que puede jugar África en el G-20. El continente africano se espera supere al resto del mundo en crecimiento económico durante los próximos dos años, con un producto interno bruto (PIB) real que promediará alrededor del 4% en 2023 y 2024.Según el FMI, el África subsahariana incluye la mitad de la lista de las 20 principales economías en crecimiento del mundo, con Níger (+11,1%) y Senegal (+8,8%) a la cabeza.
La Unión Europea , que posee un sólido mecanismo de diálogo institucional y cooperación con la Unión africana, ve la adhesión de esta organización al G-20 como una gran oportunidad para promover conjuntamente las agendas africanas y europeas, en especial a través de la iniciativa Global Gateway, un paquete de Inversiones de 150 billones de euros que tiene como objetivo impulsar las inversiones públicas y privadas apoyándose en iniciativas y asociaciones existentes para ayudar a construir mercados más diversificados, inclusivos y economías sostenibles y resilientes. Ahora también en el marco del G-20 y como se señaló en la cumbre UE-AU de Febrero del 2022, “nuestros dos continentes aspiran a demostrar y compartir con el resto del mundo el éxito de una agenda de prosperidad respetuosa del planeta’’.