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Energía 2024: Ha llegado la hora de ejecutar

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En España estamos en condiciones de disponer de la electricidad y el hidrógeno más barato de Europa, y de producir biometano para descarbonizar una parte relevante de nuestro consumo de gas. Tenemos el mejor recurso solar de Europa, un excelente potencial eólico, podemos ser líderes en producción de biomasa, y disponemos del terreno suficiente para aprovechar todo este recurso renovable de forma compatible con la preservación del medioambiente.

El año 2023 ha sido muy fructífero ya que se han fijado casi todos los objetivos que, tanto en la Unión Europea (UE) como en España, nos hemos comprometido a cumplir en lo que respecta a la transición energética para 2030. Ahora ha llegado la hora de ejecutar los planes definidos.

En 2023 se han establecido los objetivos para todos los sectores

La UE ha dado un gran paso con la aprobación de la directiva de energías renovables para las que ha establecido una cuota mínima del 42,5% sobre el consumo total de energía primaria. Se trata de un magnífico logro, en el marco de las estrategias #Fitfor55 y #RePowerEU, que contribuirá a alcanzar el objetivo climático de reducir las emisiones en al menos un 55 % y a mejorar nuestra seguridad energética de aquí a 2030.

En la industria se ha acordado que el 42% del hidrógeno actualmente utilizado pase a ser de origen renovable en 2030. Se ha aprobado también la creación del banco europeo del hidrógeno para subvencionar su precio a los consumidores, y se ha celebrado una primera subasta en diciembre con un presupuesto de € 800 millones.

En el transporte se han fijado objetivos de consumo de energías renovables en todos los segmentos: en transporte marítimo los países europeos se han comprometido a reducir la intensidad de sus emisiones en un 2% anual hasta 2030, y en aviación el compromiso es que los combustibles sostenibles se incrementen desde una cuota del 2% en 2025 hasta el 6% en 2030. Además, se ha establecido la meta de descarbonización para el transporte pesado por carretera fijándose una reducción de emisiones del 45% para 2030 y que todos los autobuses urbanos sean de cero emisiones en 2035.

En la edificación el objetivo es aún más estricto, estableciéndose un 49% de cuota de consumo de energía renovable en 2030.

Además, durante la presidencia española de la UE se ha conseguido alcanzar un consenso sobre la reforma del mercado de la electricidad después de dos años de discrepancias.

Los acuerdos europeos no se limitan a establecer metas energéticas y medioambientales, sino que además se está desarrollando una Ley de Industria Neta Cero con el fin de conseguir que al menos un 40% de hasta 17 tecnologías estratégicas sean de fabricación comunitaria.

Todo este marco determina una ruta acelerada de transición energética en Europa que implica ejecutar en los próximos siete años avances del mismo orden de magnitud que los conseguidos desde inicios de este siglo.

En España se han aterrizado muchos de estos objetivos con la revisión de nuestro Plan Nacional de Energía y Clima (PNIEC), que además establece un 81% de cuota de generación eléctrica renovable en 2030.

La transición energética es una gran oportunidad para España

En España estamos en condiciones de disponer de la electricidad y el hidrógeno más barato de Europa, y de producir biometano para descarbonizar una parte relevante de nuestro consumo de gas. Tenemos el mejor recurso solar de Europa, un excelente potencial eólico, podemos ser líderes en producción de biomasa, y disponemos del terreno suficiente para aprovechar todo este recurso renovable de forma compatible con la preservación del medioambiente.

Para llevar este potencial a la práctica necesitamos poner en marcha una serie de reformas:

a.     Hay que acelerar y digitalizar el proceso de autorización de instalaciones energéticas. Tenemos que resolver bien el hito de enero de 2024 cuando vamos a saber cuántos de los 60 GW de proyectos eólicos y solares en desarrollo van a recibir la autorización de construcción, y sería conveniente atender las peticiones de flexibilización de la fecha límite de junio de 2025 para su puesta en servicio.

b.     Podemos superar con creces el objetivo de producir 20 TWh de biometano en 2030, pero necesitamos que las comunidades autónomas implanten un proceso ágil de evaluación ambiental.

c.     Alcanzar un 81% de generación de electricidad renovable implica instalar 22 GW de almacenamiento para 2030 según indica el PNIEC. Para conseguir este objetivo hay que desarrollar un sistema de retribución de la capacidad a largo plazo: el arbitraje de precios entre horas caras y baratas no va a ser suficiente.

d.     Todo indica que vamos a construir una sobrecapacidad de generación eléctrica en horas solares que puede poner en riesgo la viabilidad financiera de los proyectos, y que no se produzca la inversión prevista. Se hace necesario desarrollar un mercado eficaz a largo plazo que permita garantizar precios, y que además asegure que el coste competitivo de las renovables se traslada a la demanda para que pueda acometer las inversiones necesarias para descarbonizarse.

e.     La transición energética no es posible sin un desarrollo paralelo de las redes de electricidad y gases renovables, para que respondan al nuevo paradigma de la producción distribuida, del almacenamiento, y de la flexibilidad de la demanda. Debemos poner en marcha una planificación más ágil con carácter anual, y eliminar los límites regulatorios a la inversión.

España sigue siendo un destino atractivo para la inversión en el sector energético como se ha demostrado en 2023, pero necesitamos seguir profundizando en las reformas para conseguir aprovechar la oportunidad que se nos presenta para reindustrializar nuestro país, emplear bien los fondos europeos, y potenciar el desarrollo de nuestra industria cleantech para alcanzar nuestra cuota en Europa.

En la partida de la transición energética nos han repartido bastantes ases, ahora tenemos que aprovechar las cartas jugándolas bien.

Resumen

En España estamos en condiciones de disponer de la electricidad y el hidrógeno más barato de Europa, y de producir biometano para descarbonizar una parte relevante de nuestro consumo de gas. Tenemos el mejor recurso solar de Europa, un excelente potencial eólico, podemos ser líderes en producción de biomasa, y disponemos del terreno suficiente para aprovechar todo este recurso renovable de forma compatible con la preservación del medioambiente.

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