El tejido industrial de nuestro país aborda 2023 con gran incertidumbre en materia de crecimiento de ingresos, financiación o coste de la energía, pero también con dudas sobre los suministros, el comercio internacional y la disponibilidad de materiales suficientes para cubrir la demanda. En el caso de las empresas españolas y dada la dependencia de nuestra industria tanto de materias primas como de componentes de otros países, la gestión sostenible de la cadena de suministro se revela como un elemento clave para el futuro. En este contexto cada día más complejo y en donde los grupos de interés, desde los reguladores hasta las entidades financieras, pasando por clientes y proveedores, exigen nuevos requerimientos en materia de ESG, es preciso abordar la sostenibilidad como un elemento fundamental para impulsar el negocio y no solo como un asunto de mero cumplimiento regulatorio o de análisis de riesgos.
El reciente informe Building supply chain sustainability that can drive revenues and reduce operational risks de EY, realizado a partir de una encuesta a 525 compañías de distintos sectores en todo el mundo, pone de manifiesto el potencial de contar con una cadena de suministro realmente sostenible que, lejos de suponer un obstáculo, sirva para generar valor a largo plazo. Cabe recordar que, según datos de la Agencia de Protección Medioambiental de Estados Unidos de febrero de 2022, el 90% de las emisiones de gases de efecto invernadero de una organización y entre el 50% y el 70% de los costes operativos son atribuibles a las cadenas de suministro.
No obstante, y aunque este enfoque parece claro tras haber superado no pocas resistencias, sigue siendo complejo adoptarlo, ya que la mayoría de las empresas consultadas señalan que, a pesar de tener identificados los objetivos a largo plazo en relación con su cadena de suministro, pocos cuentan con la visibilidad, la tecnología y las herramientas para la implantación de las medidas necesarias y para medir su progreso.
En este contexto, la investigación de EY señala que el 80% de los directivos responsables de cadena de suministro ya están aumentando los esfuerzos para ser más sostenibles. Así, esta mayoría ya está poniendo el foco en el uso eficiente de los recursos naturales, la descarbonización, la ética comercial y la economía circular como parte de un enfoque más amplio en materia de ESG.
En todo caso, se puede afirmar a la luz de los datos y de las opiniones de los ejecutivos consultados en este informe o en otros que, a pesar de la visión a largo plazo de muchos directivos, las organizaciones siguen teniendo problemas en materia de visibilidad interna y externa de la cadena de suministro, un tema clave teniendo en cuenta el escrutinio al que los consumidores y otros grupos de interés someten a las compañías. Además, el informe señala que el 33% de las empresas carece de una planificación para conseguir una cadena de suministro sostenible y casi la mitad afirma que tienen dificultades para medir el retorno de la inversión en esta materia.
Otro aprendizaje sobre la evolución del enfoque sostenible de las cadenas de suministro es que el ahorro de costes y la eficiencia son los principales motivos de las empresas para abordar la transformación. Sin embargo, el rendimiento financiero no es el único beneficio, ya que también hay otros, como el crecimiento en volumen, la mejora en la gestión de riesgos o los avances en términos de reputación, marca y retención del talento.
Pero si algo es importante para las empresas que apuesten por incorporar la variable de la sostenibilidad a su cadena de suministro es apostar de manera clara por el largo plazo, es decir, interiorizar que el objetivo de la compañía debe ser la creación de valor a futuro. Para ello, es necesario determinar correctamente cómo encajan las cadenas de suministro en los compromisos y objetivos del conjunto de la organización, así como sentar las bases del crecimiento en el corto plazo.
Además, es fundamental profundizar en la visibilidad y la trazabilidad de las cadenas de suministro, para lo que es altamente recomendable el uso de herramientas tecnológicas avanzadas de intercambio de datos, así como una comunicación fluida y frecuente con todos los grupos de interés, especialmente con los proveedores. También es muy útil contar con un enfoque que incluya o tenga en cuenta toda la cadena de valor, desde la planificación, el abastecimiento y la fabricación hasta la logística y la distribución.
En definitiva, un enfoque sostenible en la gestión de las cadenas de suministro en nuestra industria favorecerá la creación de valor y asegurará los elementos fundamentales para mejorar no sólo los indicadores financieros a corto plazo si no también aquellos indicadores estratégicos del cumplimiento de objetivos a largo plazo.
Publicado en Las Provincias