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El sector hotelero español en 2023: prudente optimismo

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El sector tiene una gran oportunidad para abordar inversiones y proyectos relevantes que acompañen la recuperación.

Hace aproximadamente un año, mientras reflexionábamos sobre el futuro del sector para el 2022, afrontábamos el impacto de la sexta ola de la pandemia, que volvía a afectar nuestras vidas e impactaba directamente en la campaña de final de año del sector.

España 2023. Un año por delante

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Con la variante ómicron del virus acaparando portadas y en plena ola de cancelaciones de reservas de eventos por una pandemia que creíamos superada, apostábamos por la resiliencia y capacidad de recuperación del sector, así como por nuestra capacidad para superar los devastadores efectos de la crisis que empezábamos a dar por cerrada.

Obviamente, el año 2022 no ha dejado indiferente a nadie y ha venido marcado por un gran número de condicionantes macroeconómicos (invasión de Ucrania, cierre de empresas chinas, crisis energética, inflación, etc.) cuyo negativo impacto ha marcado y se proyectará en 2023.

En este contexto, y a pesar de la gran incertidumbre, una vez más, el sector ha demostrado la enorme resiliencia y capacidad de recuperación que anticipábamos a principios de 2022, empujado por la superación de los peores efectos de la pandemia y la fortaleza de la demanda.

A las puertas de finalizar el año, podemos constatar que cerraremos un ejercicio espectacular, tanto en niveles de ocupación como en precio medio, superando de forma holgada y en la mayoría de los casos los indicadores prepandemia. Estos excelentes resultados contrastan con las grandes amenazas y riesgos que se ciernen sobre el año que empezamos, lo que requiere grandes dosis de anticipación y seguimiento, así como la identificación de las principales prioridades y oportunidades para aprovechar al máximo el año que empezamos.

Qué esperar de 2023: prudente optimismo

Prudente – Después de las sorpresas y superado el 2022, casi parece una obviedad apelar a la prudencia cuando miramos al 2023. Sin entrar en temas geopolíticos, que obviamente tienen y pueden tener un efecto que va más allá del sector y de esta reflexión, debemos hacer un seguimiento estrecho de los siguientes condicionantes que podrían afectar directamente a nuestras expectativas para el nuevo año.

Impacto de inflación y amenaza de recesión: si bien parece que la inflación empieza a controlarse, su impacto en los resultados se empieza a concretar cada vez más y generará tensiones durante 2023. En la misma línea, la posibilidad de una recesión, más o menos profunda y duradera en el tiempo, sigue siendo un escenario considerado como bastante probable en los próximos meses.

Identificación, contratación y gestión del talento: después del parón y reajuste derivado de la pandemia, la gestión y disponibilidad del personal ha sido uno de los grandes retos del 2022, y hasta ha reducido el potencial de crecimiento y recuperación del sector.  Anticipamos que este seguirá siendo un elemento clave de competitividad en 2023.

Reducción puntual de la demanda (travel revenge): parece claro que los grandes resultados de 2022 han incorporado en menor o mayor medida una demanda especialmente alta por el efecto de vuelta a la normalidad después de la pandemia (travel revenge), que se anticipa que podría ajustarse y volver así a la normalidad e, incluso, que podría tener un efecto rebote negativo en 2023.

Optimismo – Sin negar la complejidad del contexto descrito, es importante destacar por otro lado la confianza y grandes oportunidades que afronta el sector, tanto si la situación no empeora de manera significativa, como si conseguimos avanzar en su mejora. A la fortaleza de los resultados del ejercicio, hay que añadir el impulso de la campaña de fin de año, así como para los primeros meses del año entrante, en contra de las expectativas que esperaban que se empezaran a apreciar los efectos de una desaceleración.

Entendemos que, además de la prudencia que recomienda la situación macroeconómica, el sector tiene una gran oportunidad para abordar inversiones y proyectos relevantes (“afilar la sierra”), que acompañen la recuperación de este y lo preparen para una futura etapa de crecimiento en cuanto se superen algunos de los condicionantes comentados.

Entre estas oportunidades de cara a los próximos meses podemos destacar:

Eficiencia en las operaciones: sigue siendo uno de los ámbitos en los que existen mayores oportunidades de avance, tanto por el aprovechamiento de nuevas tecnologías, como por la centralización, racionalización y automatización de procesos. Los grandes ajustes que ha provocado la pandemia, unidos a la dificultad para contratar y formar personal, plantean una importante oportunidad para cuestionar y rediseñar procesos y las soluciones que los soportan, de manera mucho más eficiente y efectiva.

Reposicionamiento de producto al alza y apuesta por las experiencias de valor para nuestros clientes: es un ámbito donde nuestro mercado tiene todavía mucho recorrido en comparación con la oferta de otros países y marcas. Adicionalmente, nos permite enfocarnos en los sectores de demanda de mayor valor y más resilientes a los retos macroeconómicos que afrontamos.

Sostenibilidad: si bien podemos constatar que la nueva normalidad postpandemia, sobre la que tanto se especulaba, no ha acabado de ser tan disruptiva, está claro que hacer una apuesta clara por la sostenibilidad no solo es una necesidad ineludible, sino que también es una fuente de oportunidades de diferenciación y optimización que no podemos dejar de aprovechar.

Digitalización y aprovechamiento de las nuevas tecnologías: en línea con lo que comentábamos el año pasado y las iniciativas de eficiencia y experiencia de cliente analizadas, las apuestas por la innovación y las nuevas tecnologías siguen siendo un ámbito clave tanto por el camino a recorrer, como por las oportunidades que ofrece a corto y medio plazo. Hay que destacar la importancia que tendrán, a corto plazo, las soluciones de robotización e inteligencia artificial, debido a los grandes avances en el acercamiento de dichas tecnologías a su aplicación real y efectiva en procesos de negocio/transformación.

En resumen, después de un año muy complicado en el que hemos recuperado y superado los indicadores prepandemia, empezamos un ejercicio, con un elevado grado de incertidumbre, pero con grandes oportunidades por delante que es preciso aprovechar y en el que España está situada en una gran posición para lograrlo.

Resumen

Además de la prudencia que recomienda la situación macroeconómica, el sector tiene una gran oportunidad para abordar inversiones y proyectos relevantes que acompañen la recuperación y lo preparen para una futura etapa de crecimiento en cuanto se superen algunos de los condicionantes.

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