Factores de desarrollo:
1. Administración de la contratación de la empresa:
a. Identificar todas las áreas que puedan tener contratos comerciales, ya sea con clientes o con proveedores.
b. Centralizar los contratos identificados, digitalizar toda la información e iniciar un proceso de análisis de riesgos los contratos que presentan mayores riesgos en caso de incumplimiento de obligaciones.
c. Comenzar la administración del ciclo de vida de los contratos identificados y digitalizados y establecer controles que permitan identificar de forma automatizada fechas de vencimiento o renovación, así como contratos compuestos.
2. Gestión del conocimiento legal:
a. Para equipos muy grandes con varias células de trabajo distribuidas en varias ciudades, asegurar que todos están siguiendo una sola directriz centralizada para proporcionar consejo legal en las operaciones de la empresa. Esto es especialmente importante frente a regulación de carácter nacional.
b. Disponer de un repositorio centralizado en donde todos los miembros del equipo jurídico, independientemente de la célula de trabajo o ciudad asignada, puedan guardar y consultar información asociada al virus.
c. En línea con lo anterior, disponer de un espacio compartido en donde todos los integrantes del equipo puedan interactuar fácilmente cuando deban responder en conjunto frente al consejo legal de la operación de la compañía.
3. Gestión del riesgo legal y valoración de contingencias:
a. Realizar un due diligence interno especialmente enfocado a las operaciones que puedan ser impactadas por la nueva regulación asociada a la pandemia.
b. En aquellas operaciones que se están llevando a cabo y puedan ser riesgosas, realizar un análisis detallado y de ser el caso recomendar a las otras áreas de negocio detener la operación o cambiar la misma para cumplir con la regulación aplicable.
c. Identificar todos los litigios activos de la compañía, realizar un análisis realista de la probabilidad de pérdida o ganancia de cada uno y encontrar oportunidades para la conciliación extrajudicial.
4. Gestión financiera:
a. Identificar todos los proyectos o tareas asignadas a abogados externos y señalar aquellas en las que no exista un acuerdo de honorarios fijos para la labor asignada.
b. Para aquellos proyectos que no cuenten con una acuerdo de honorarios fijos, revisar junto la firma o abogado externo una fecha esperada de terminación del proyecto y solicitar un estado de cuenta para aprovisionar una suma determinada para el pago al proveedor.
c. En caso de que el proyecto no pueda ser terminado aún o no sea posible establecer una fecha determinada de finalización, revisar la posibilidad de suspender el proyecto la superación de la declaratoria de emergencia.
5. Métricas y datos:
a. Realizar un seguimiento detallado a las métricas del área o departamento jurídico, especialmente a los indicadores que indiquen la materialización de algún riesgo legal para la compañía. Es importante recordar que no todas las actuaciones judiciales o administrativas están suspendidas a causa de la crisis.
b. En caso de no contar con este tipo de indicadores establecidos, crear algunas pocas métricas que sirvan para monitorear el riesgo legal de la empresa y el desempeño del equipo jurídico durante la crisis, por ejemplo indicadores de contestación de tutelas en Colombia, o amparos constitucionales en México, quejas de protección al consumidor recibidas por canales digitales, etc.
6. Apalancamiento tecnológico:
a. Para efectos de desarrollar de forma fluida un modelo de trabajo remoto, asegurar que todos los miembros del equipo jurídico cuenten con computador portátil equipado con alguna herramienta de comunicación empresarial.
b. De igual forma, asegurar que los miembros del equipo cuentan con buenas condiciones de conectividad en sus hogares. Recomendamos por lo menos 20Mbps de conexión a internet y estar conectado al modem o router por medio de cable de red, si no la mayoría del tiempo, por lo menos para las llamadas y conferencias virtuales.
c. Asegurar que todos los miembros del equipo cuenten con un repositorio seguro de información en donde puedan almacenar su trabajo en servidores administrados por la empresa.
d. Establecer algunos protocolos de almacenamiento de información, por ejemplo, subir todos los documentos creados o trabajados por lo menos una vez al día.
Conclusiones:
No quisiera terminar sin antes decir que necesitamos como profesión legal, y como sector económico de servicios jurídicos, encontrar nuevas formas de operar y servir a nuestros clientes, sean internos o externos.
Como lo mencionaba líneas atrás, tenemos que terminar con la malsana costumbre de solo preocuparnos por mejorar nuestra operación cuando tenemos una crisis tocando a la puerta; ya nos pasó con la crisis financiera del año 2008 cuando muchas firmas de abogados tuvieron que cambiar su esquema de facturación a clientes pasando de la “billable hour” (hora facturable) a esquemas más precisos, ocasionando que la mayoría de despachos experimentara difíciles presiones financieras al no tener ningún proceso establecido para la gestión del pricing.
Ahora nos encontramos con otra crisis que promete ser peor que la anterior, pero al mismo tiempo con la oportunidad de aprender de errores pasados y comprender lo que alguna vez mencionó el expresidente norteamericano Jhon f. Kennedy: “the time to repair the roof is when the sun is shining” (es más fácil reparar el techo cuando no está lloviendo).
Aprovechemos esta coyuntura para llevar a cabo las acciones que sean necesarias y ser recordados como los líderes que tomaron la oportunidad de desarrollar una verdadera transformación organizacional de nuestros equipos jurídicos.
Si tú o tu empresa considera que es momento de adelantar alguna de las ideas presentadas en este escrito, estaremos dispuestos y gustosos de ayudarte.