La disrupción está remodelando rápidamente la percepción del sector minero y metalúrgico sobre dónde pueden residir los mayores riesgos y oportunidades. La crisis climática y las crecientes expectativas de los stakeholders son fuerzas de cambio cada vez más significativas. Vemos más oportunidades que riesgos para los mineros dispuestos a realizar los cambios transformadores necesarios para impulsar el valor a largo plazo. Dado que la licencia para operar está cada vez más vinculada a la capacidad de una organización para acceder a recursos, capital y deuda, es fundamental adoptar un enfoque proactivo ante estos desafíos. Se espera que la demanda de minerales, materiales y metales procedentes de tecnologías de energía limpia aumente exponencialmente —y los mineros tendrán que superar varios retos para satisfacer esta demanda— por lo que es fundamental aumentar la agilidad para gestionar la volatilidad de los precios, las amenazas de sustitución y las demandas cambiantes. Para un sector en plena transformación, aumentar la participación de las mujeres en la minería —y todos los beneficios comprobados que aportan— es simplemente una oportunidad demasiado grande como para ignorarla. La diversidad de género es un imperativo empresarial para las empresas mineras y metalúrgicas a medida que construyen un futuro sólido y sostenible.
Tomamos un enfoque de toda la cadena de valor para ayudarlos a aprovechar el potencial de la tecnología digital para acelerar la productividad, equilibrar los portafolios y establecer una hoja de ruta clara para el nuevo futuro energético.