Retos para la integridad
El 64 % de los encuestados en Latinoamérica indicaron que un desafío para las organizaciones en las que trabajan es mantener los estándares de integridad en periodos de cambio o condiciones de mercado difíciles. Este porcentaje es más alto al reportado a nivel global (50 %).
Tanto a nivel global como regional, más de la cuarta parte de los encuestados, 28 % y 27 % respectivamente, dice que el mayor riesgo interno radica en que los colaboradores no interiorizan las reglas que deben regir su conducta. A ello se suman otros factores internos como la alta rotación o la falta de recursos.
A nivel externo, el entorno macroeconómico actual representa la mayor presión externa para que los colaboradores no actúen con integridad, así lo afirma el 39 % de ejecutivos regionales. A lo anterior se suman la crisis relacionada con la salud y las expectativas de desempeño financiero en el mercado.
Es vital fortalecer la cultura de integridad en todos los niveles, no solo para evitar sanciones o multas, sino para fijar los objetivos de las empresas sobre bases sólidas, ofrecer valor a los grupos de interés, generar confianza en el mercado, minimizar riesgos y proteger la reputación corporativa, además de atraer al mejor talento. La integridad aporta beneficios a las organizaciones y les permite diferenciarse claramente para asegurar su valor, éxito y sostenibilidad a largo plazo.