Esta falta de alineación puede provocar una serie de problemas. Los intentos de cambio aislados pueden ser propensos al fracaso porque no cuentan con la aportación de otras funciones críticas. Estos esfuerzos pueden consumir un tiempo valioso, malgastar el presupuesto y no abordar los problemas de fondo. La falta de alineación también puede afectar a la moral de los talentos clave y erosionar su voluntad de participar en futuras iniciativas de cambio. Y lo que es más preocupante, puede obstaculizar los esfuerzos para crear una estrategia de contratación en toda la empresa.
Es fundamental saber qué partes son responsables de impulsar el cambio. Las organizaciones también deben identificar qué función es responsable de cada etapa del proceso de contratación. La alineación de la propiedad puede definir quién es responsable de la optimización y qué otros stakeholders deben ser incluidos en las iniciativas de cambio. "Una estrategia utilizada por las organizaciones líderes es crear una función centralizada para gestionar los contratos", dice Thorkildsen. "Esa función centralizada puede ser gestionada interna o externamente. Independientemente de quién la gestione, la clave es contar con una única función que rinda cuentas y opere bajo procesos coherentes, medidos y supervisados a través de las herramientas y los KPI que aportan para habilitar el proceso."
2. Impulsar la normalización y la consistencia
El 99% de las organizaciones informan de que tienen algunos procesos de contratación definidos para preparar, revisar y aprobar contratos. El setenta y cinco por ciento de las organizaciones afirman que sus profesionales de la contratación siguen su proceso oficial "todo el tiempo".
Sin embargo, un examen más detallado de los datos sugiere que los procesos de la mayoría de las organizaciones pueden no resistir el escrutinio. Sólo el 31% de las organizaciones exigen al personal de contratación que utilice una plantilla preaprobada la mayor parte del tiempo y sólo un 25% tiene condiciones alternativas preaprobadas. Como se ha señalado anteriormente, el 49% afirma que carece de un proceso definido para almacenar los contratos después de su ejecución y sólo el 22% dice que realiza un seguimiento sistemático de las obligaciones contractuales. Todo esto sugiere que los procesos actuales tienen importantes lagunas o son demasiado rígidos para funcionar en la práctica. Posiblemente también explique por qué las organizaciones se enfrentan a retos a la hora de medir y gestionar el cumplimiento de la política de contratación.
Toda organización que desee mejorar la gestión de riesgos o introducir cambios debe asegurarse de que los procesos y las herramientas sean sólidos, se apliquen de forma coherente y cuenten con planes de mejora continua, sin que sean excesivamente complejos. Si se maneja correctamente, la creación de plantillas, bibliotecas de cláusulas y reglas puede permitir a los gestores de contratos y comerciales ajustar su enfoque para adaptarse a los diferentes contratos dentro de parámetros claramente establecidos.
Las organizaciones se enfrentan a dos desafíos principales a la hora de crear procesos de contratación más sólidos. El primero es la escasez de competencias internas en materia de gestión de procesos. El segundo está relacionado con la propiedad. Diferentes departamentos pueden tocar el contrato en varias etapas de su ciclo de vida, cada uno en su propio silo. La falta de alineación entre las partes complica la optimización del proceso.
"Si consigues que el departamento de legales, de compras, el financiero y los demás stakeholders se pongan de acuerdo sobre las posiciones de todos los conceptos de la plantilla del contrato y la biblioteca de cláusulas, habrás creado un consenso en toda la empresa para el contrato", dice Thorkildsen. "Las organizaciones comienzan cada vez más estas conversaciones identificando quién debe ser el propietario de cada parte del contrato. Una vez que la propiedad está claramente definida, se pueden poner en marcha políticas y procesos sólidos para confirmar que se cumplen los objetivos de esos stakeholders."
3. Centrarse en los desafíos tecnológicos adecuados
Aunque la mayoría de las organizaciones afirman tener una estrategia tecnológica de contratación formal, parece haber una brecha significativa entre esas estrategias y la ejecución efectiva.
La mayoría de las organizaciones han invertido en una o varias tecnologías para facilitar el proceso de contratación. Si se observa con más detenimiento, la tecnología de aprobación para la firma, como las herramientas de firma electrónica, se utiliza ampliamente en muchas organizaciones. Sin embargo, la tecnología que puede extraer, comparar y analizar datos de los contratos se aprovecha mucho menos. Esto puede deberse al hecho de que el 87% de las organizaciones informan de que se enfrentan a desafíos con la tecnología de contratación. Para remediar esta situación, las organizaciones deberían empezar por examinar más de cerca los obstáculos concretos a los que se enfrentan sus equipos de contratación.