El Régimen de Incentivos para Grandes Inversiones (RIGI) se presenta como una herramienta clave para atraer inversiones en Argentina. Este, busca proporcionar estabilidad y previsibilidad a largo plazo, además de fomentar el desarrollo de sectores estratégicos como la energía, la minería y la tecnología.
"El RIGI es un régimen diseñado para vehículos titulares de un único proyecto VPU. Su objetivo es brindar incentivos, certidumbre y seguridad jurídica, con el propósito de generar condiciones de previsibilidad y estabilidad para las grandes inversiones en Argentina", explicó Sergio Caveggia, socio de EY del Departamento de Impuestos y Transacciones. "Nos encontramos ante uno de los sistemas más ambiciosos que hayan intentado ver la luz en materia promocional en las últimas décadas", afirmó.
Entre los beneficios, se destacan la disminución de la tasa de Ganancias al 25%, la implementación de depreciaciones aceleradas, la posibilidad de transferir quebrantos impositivos y la exención de derechos de importacion y tasas de estadística en Aduana. Además, el régimen ofrece estabilidad fiscal por 30 años y no se circunscribe a una zona geográfica específica, sino a determinados sectores económicos.
La Cámara de Senadores aprobó el 13 de junio el proyecto de ley denominado "Ley de Bases", con ciertas modificaciones introducidas por la Cámara Alta. El pasado viernes, la Cámara de Diputados confirmó la versión aprobada por el Senado, por lo que el texto será ley desde su publicación en el Boletín Oficial.
Jacqueline Reichel, socia de EY del departamento de Estrategia y Transacciones, detalló que el Senado restringió el universo de actividades y sectores económicos que podrán aplicar al RIGI, limitándolo a sectores como la foresto-industria, turismo, infraestructura, minería, tecnología, siderurgia, energía y petróleo y gas. Tanto contribuyentes residentes como no residentes pueden aplicar al RIGI a través de un VPU.
Reichel explicó que las oportunidades para los sectores definidos son variadas y destacó que Argentina tiene el potencial de convertirse en uno de los principales productores mundiales de litio, además de contar con reservas significativas de gas y petróleo no convencional en Vaca Muerta.
Para adherir al RIGI, los interesados deben presentar una solicitud de adhesión y un plan de inversión, que incluye una descripción detallada del proyecto, las fuentes de financiamiento, el cronograma de inversión y estudios específicos sobre el impacto del proyecto en el mercado local, empleo y desarrollo de proveedores locales, así como estudios de factibilidad y un informe de valuador independiente, entre otros.
Caveggia destacó una de las innovaciones del régimen: la posibilidad de que ciertos activos computables estén en manos de otra empresa. "La norma prevé que el inversor adquiera dichos activos a través de la compra de las acciones y compute parte del precio pagado hasta el 15 % del monto mínimo de inversión", señaló.
En cuanto a las seguridades que brinda, Caveggia indicó que los proyectos concretados bajo este régimen son de interés nacional y gozarán de estabilidad normativa en materia tributaria, aduanera y cambiaria. "Desde la fecha de adhesión al RIGI inclusive, el VPU gozará de un derecho adquirido asimilable a la propiedad sobre los incentivos previstos en los capítulos IV, V, VI y X del presente título", explicó.
Finalmente, Jacqueline Reichel mencionó que EY está desarrollando un producto multidisciplinario para abordar el tema de forma integrada, trabajando en equipo con profesionales de distintas áreas. Caveggia agregó que la coordinación adecuada y eficiente de los aspectos financieros, fiscales, económicos y legales es crucial para el éxito de los proyectos.
El RIGI representa una oportunidad significativa para atraer inversiones y promover el desarrollo económico en Argentina, proporcionando un marco de estabilidad y seguridad para los inversores.