EY se refiere a la organización global, y puede referirse a una o más, de las firmas miembro de Ernst & Young Global Limited, cada una de las cuales es una entidad legal independiente. Ernst & Young Global Limited, una compañía británica limitada por garantía, no brinda servicios a los clientes.
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1. Que sea sencillo, pero no demasiado.
La transición hacia la sostenibilidad es intrínsecamente compleja. Las organizaciones tienen que simplificarla, pero no deben fingir que la complejidad no existe. Eso confundiría simplicidad con ignorancia.
Antes de encontrar una forma sencilla y práctica de avanzar, hay que ser consciente de la complejidad del problema. Sólo entonces podrá decidir qué es relevante y qué no, qué es prioritario y qué puede esperar.
Abundan los ejemplos de estas complejidades subyacentes. Desde el punto de vista de la sostenibilidad, los gobiernos de todo el mundo están abordando el cambio climático mediante la adopción de medidas como el uso de medidas fiscales para reducir las emisiones y cumplir sus compromisos de neutralidad de carbono, así como para aumentar los ingresos y financiar importantes objetivos políticos. Si bien estos objetivos son compartidos, las políticas establecidas para alcanzarlos varían enormemente. El EY Green Tax Tracker ha identificado más de 3.600 incentivos de sostenibilidad diferentes, 80 iniciativas de fijación de precios del carbono y más de 4.300 impuestos medioambientales con más de 1.100 exenciones. Mantenerse al día a medida que las políticas evolucionan rápidamente puede ser un desafío, especialmente para las empresas globales.
La medición de las cuestiones ESG también varía ampliamente. Por ejemplo, un cliente de capital privado que le pidió a EY que revisara qué tan bien se estaban desempeñando las 30 empresas en su cartera en cuanto a la diversidad de la junta. Descubrimos que todas las empresas estaban midiendo la diversidad, pero ninguna de ellas lo estaba haciendo de la misma manera.
Los informes de sostenibilidad tampoco son coherentes en todo el mundo. En lo que respecta a la información financiera, se podría argumentar que las empresas de todo el mundo trabajan con un conjunto de normas internacionales y unos 30 indicadores clave de rendimiento (KPI, por sus siglas en inglés). Los datos que necesitan para generar estos KPI suelen conservarse en un único sistema informático. Digamos que un conjunto de normas, multiplicado por 30 KPI, multiplicado por un sistema, nos da un "factor de complejidad" de 30.
Pero los estándares de sostenibilidad en gran parte del mundo no están establecidos, y donde se establecen (por ejemplo, la Directiva de Informes de Sostenibilidad Corporativa en la UE, la Ley de Carbono del Reino Unido, las reglas de informes de carbono de la SEC) no están alineados. Eso significa que hay cientos de KPI potencialmente relevantes. Y los datos que requieren se almacenan en hasta 20 sistemas en un panorama diverso, que va desde medidores de energía hasta software de contabilidad. El factor de complejidad es desalentador.
Los ejemplos anteriores revelan cómo la agenda de sostenibilidad está impulsando la complejidad en sólo dos disciplinas empresariales –los informes y los impuestos– pero lo mismo está ocurriendo en todas las disciplinas, desde la tecnología y el talento hasta las finanzas y la cadena de suministros.
Frente a una complejidad tan potencialmente abrumadora, el objetivo es llegar al corazón de lo que realmente importa. Puede simplificar el desafío o la oportunidad comenzando a construir una visión integral y holística de la situación, utilizando perspectivas profundas y diversas de toda la empresa. No vayas demasiado estrecho demasiado pronto. Tomando prestado de Einstein, ¿se puede hacer que sea "simple, pero no demasiado simple"? A partir de ahí, puedes elegir lo que más importa.