Apoco más de dos años de que iniciara la pandemia, importantes efectos económicos a nivel global se han registrado y, sin lugar a duda, uno de los que más preocupa al cierre del primer trimestre del 2022 es la inflación. De forma general, el incremento en los precios de los energéticos, insumos, productos alimenticios, así como las diversas disrupciones en las cadenas de suministro han resultado en una mayor inflación de la esperada; notablemente en los Estados Unidos de Norteamérica y en muchas economías emergentes y en desarrollo.
La expectativa de inflación para el 2022 en economías avanzadas es del 3.6% y del 5.9% en mercados emergentes y economías en desarrollo1. En respuesta a este problema, los bancos centrales han utilizado la política monetaria incrementando las tasas de interés de referencia, especialmente en aquellas economías en donde el acceso al crédito es mayor. Asimismo, sin dejar de lado los efectos de esta pandemia en el crecimiento económico, de acuerdo con el Banco Mundial, después de haber repuntado un 5.5% estimado para 2021, la expectativa de crecimiento económico mundial para 2022 se redujo a 4.1%2.
Aunado a los efectos de la pandemia, se suman hoy los que tendrá la guerra entre Rusia y Ucrania; nada menores para el mercado europeo y que, ante las sanciones impuestas, tendrán impacto en todo el mundo.
En el caso de Latinoamérica, la inflación continúa incrementándose por diversos factores económicos y sociales. Los precios de los combustibles fósiles se han incrementado casi al doble con respecto al año 2021, mientras que los precios de los energéticos también han experimentado alzas importantes, así como el precio de los bienes de la canasta básica. Igualmente, considerando la escasez en la oferta de bienes y servicios, las cadenas de suministro de las industrias más importantes en la región aún siguen altamente fragmentadas.
De acuerdo con estimaciones del Fondo Monetario Internacional, se espera que el crecimiento económico de la región continúe debilitándose en los próximos años, además de las expectativas de tasas de inflación esperadas de entre 10% y 11%3. Solamente en México, al cierre de 2021 se alcanzaron niveles de inflación no vistos en las últimas dos décadas, de acuerdo con el informe para el último trimestre publicado por el Banco de México, situándose tan solo en la primera quincena de 2022 en 7.22%4.
Impacto en los análisis de precios de transferencia
La inflación está generando gran incertidumbre en la economía mundial. Empujadas por la enorme disrupción en los mercados, las empresas han modificado su forma de hacer negocios y, de forma inmediata, han buscado adaptarse a una nueva realidad en el corto plazo, probando nuevos modelos de negocio que les permitan subsistir y evolucionar en el mediano y largo plazo.
Como consecuencia de los impactos que la inflación está teniendo en los mercados, las negociaciones comerciales y los términos económicos se han modificado, por ello es importante revisar y analizar los efectos económicos, comerciales, contractuales, entre otros, que puedan tener en las políticas intercompañía y la alineación de funciones, activos y riesgos.
El incremento en el precio de los bienes y servicios genera la necesidad de evaluar si las compañías podrán transferir estos a lo largo de la cadena de valor hasta llegar al consumidor final o si, en el muy corto plazo, deben modificar sus precios de transferencia, considerando los efectos que esto pueda tener en su participación de mercado y márgenes de rentabilidad.
Las Guías de Precios de Transferencia emitidas por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), señalan que los términos económicos de una transacción intercompañía deben reflejarse dentro del reporte de precios de transferencia, por lo cual es relevante que durante el 2022 se incorporen los efectos inflacionarios dentro del análisis funcional y económico que soportará el valor de mercado de las operaciones del grupo.