Conclusiones
La mayoría de las personas empleadas pasan dos tercios de su vida en el trabajo, razón por la cual se constituye como un espacio central para fomentar la salud mental de los empleados porque existen una serie de incidencias y factores de riesgo asociados que pueden tener implicaciones en la vida de las personas a nivel físico, emocional, social, cognitivo y conductual.
En la actualidad, existen millones de personas con problemas relacionados con salud mental, los cuales tienen un alto costo no solo para el Estado, sino también para las empresas porque los empleados son menos productivos y pueden llegar a incapacitarse por un largo periodo de tiempo. De hecho el Foro Económico Mundial, estimó que para el 2030 el costo para la economía mundial de los problemas de salud mental podrían ascender a 16 billones de dólares.
Las crisis mundiales de índole sanitaria como la reciente del COVID-19 pueden impactar los diferentes niveles de salud mental en las personas, incluyendo la forma en que interactúan en su lugar de trabajo, por lo que es crítico tomar acción para garantizar el bienestar físico y mental de los empleados antes, durante y posterior a dicha crisis. Esto se puede realizar a través de distintas maneras, entre los cuales se destacan los programas de bienestar empresarial.
Por último, no se puede olvidar que los empleados también tiene responsabilidad en el cuido de su salud mental. Ellos pueden realizar distintas acciones desde conversar con recursos humanos sobre las necesidades emocionales hasta tomar vacaciones.
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