De acuerdo con el Future Consumer Index de EY, el 85% de los consumidores afirma que la sostenibilidad de las empresas es un factor a evaluar en sus decisiones de compra.
Otros estudios han demostrado que los colaboradores que mantienen un propósito similar al de su empleador tienen tres veces más probabilidades de permanecer en una empresa a largo plazo. Finalmente, nivel global, el número de reglamentos y normas centrados en los factores de ESG se ha duplicado en los últimos cinco años. Por otro lado, el mercado financiero ejerce una de las mayores presiones que existen actualmente para incluir estrategias ESG en las empresas. La edición 2020 de la Encuesta para Inversionistas Institucionales a Nivel Global de EY, aplicada a más de 300 inversionistas, indica que:
El 77% de los encuestados dedicará más tiempo y atención a la evaluación de los riesgos físicos del cambio climático y sus implicaciones cuando tomen decisiones de asignación y selección de activos.
Además, el 71% de los encuestados opinó lo mismo respecto a los riesgos transitorios derivados del cambio climático.
A partir de lo anterior, estar a la vanguardia en los temas de ESG puede generar una ventaja competitiva para las empresas que integren conceptos de sostenibilidad en su visión y propósito, así como en la planeación de negocio, asignación de capital, gestión de cadenas de suministro, comercialización e inversiones.
¿Cómo afecta esto a empresas en Costa Rica?
Costa Rica se encuentra comprometida con la Agenda 2030 y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas, como también con el Acuerdo de París firmado en 2015.
Además, dentro de los principales esfuerzos que se pueden observar a nivel nacional en materia de Sostenibilidad, se encuentran: el Fondo Nacional de Financiamiento Forestal (FONAFIFO), la Estrategia Nacional de Cambio Climático (ENCC), el Programa País de Carbono Neutralidad, así como el establecimiento de políticas sectoriales en temas vinculados, y otros. Adicionalmente, sobresalen una serie de políticas públicas en torno al cambio climático, tales como: el Plan Nacional de Descarbonización al 2050, la Política Nacional de Adaptación al Cambio Climático con miras al 2030 y la Contribución Nacionalmente Determinada (2021-2030).
De acuerdo con la última actualización de la Contribución Nacionalmente Determinada de Costa Rica (2020), este país estará tomando acciones cada vez más fuertes, para contribuir con la meta global de limitar el aumento de la temperatura media mundial en un 1.5 °C; así como de fortalecer la capacidad de adaptación y resiliencia ante el cambio climático. La meta de emisiones absolutas netas máxima para Costa Rica al 2030 es de 9,11 millones de toneladas de CO2e anuales. Lo cual representa aproximadamente un 16,26% menos del total estimado en el último inventario nacional de GEI (2015), el cual alcanzaba los 10, 88 millones de toneladas de CO2e.
Ante este escenario, el rol del sector empresarial adquiere cada vez más importancia, dado que sus aportes pueden resultar determinantes para alcanzar las metas trazadas a escala nacional en temas asociados a Sostenibilidad. Adicionalmente, conviene destacar el reciente ingreso del país a la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos), cuyas líneas directrices fomentan el análisis y reporte de datos ESG por parte de las empresas.
A lo anterior se debe sumar el hecho de que uno de los principales socios estratégicos de Costa Rica, Estados Unidos, se encuentra ejerciendo cada vez más presión para que las empresas desarrollen sus operaciones bajo esquemas ESG. Ejemplo de esto lo constituye la iniciativa “Build Back Better”, en favor de políticas de ESG más agresivas, que podría llegar a impactar a toda la cadena de suministro. Vale subrayar que históricamente dicha nación ha representado más de la mitad de inversión extranjera directa a Costa Rica, por lo que tales impulsos cuentan con una alta probabilidad de generar un impacto importante en el sector empresarial costarricense. Es así como se puede visualizar que, ya sea en el corto o largo plazo, las empresas en Costa Rica tendrán que alinearse a las tendencias nacionales y globales de sostenibilidad y cambio climático, no solamente por el valor que aportan en múltiples sentidos, sino además como requisito para poder operar en cadenas y contextos de diversas escalas.
Principales beneficios de las estrategias ESG y cómo comenzar
La preocupación por un planeta más sostenible es un fenómeno en crecimiento a nivel global, y la región de Latinoamérica no es la excepción. Se espera que la preocupación por temas ESG continúe siendo una prioridad para juntas directivas, inversionistas y reguladores.
Esta tendencia representa una oportunidad para las empresas de la región para obtener ventajas competitivas frente a sus pares. La evidencia demuestra que, de forma creciente, las empresas reconocidas como sostenibles superan financieramente a sus competidores. De acuerdo con la encuesta a Inversionistas, edición 2020, de 2016 a 2020 el número de encuestados que usaron información no financiera para la toma de decisiones de inversión creció en casi el doble (46.5%, ver Figura 1).