El apetito en fusiones y adquisiciones de las empresas mexicanas disminuye a la espera de una mayor certidumbre en el panorama geopolítico
Dado el énfasis en la transformación digital, no es sorprendente que la estrategia digital y la alineación tecnológica sean también los principales impulsores de la estrategia de fusiones y adquisiciones. Sin embargo, las intenciones de fusiones y adquisiciones entre los ejecutivos mexicanos son significativamente más bajas que las de sus pares globales, con el 37% de los ejecutivos mexicanos esperando que su compañía busque fusiones y adquisiciones en los próximos 12 meses. Esto se compara con el 47% de los ejecutivos globales y está por debajo del promedio de 10 años de los ejecutivos mexicanos, que es del 52%. Además, el 63% de los ejecutivos mexicanos anticipan una desaceleración en la actividad de fusiones y adquisiciones durante el próximo año. En parte, las empresas mexicanas pueden estar adoptando un enfoque de espera en el período previo a las elecciones intermedias de México a finales de 2021.
Los desafíos geopolíticos también pueden estar jugando un papel en la actividad de fusiones y adquisiciones, con el 79% de los ejecutivos mexicanos diciendo que han frenado o aplazado la inversión prevista hasta que tengan una imagen más clara del panorama geopolítico. Las menores intenciones de fusiones y adquisiciones dentro de México crean oportunidades para los inversores internacionales que buscan entrar en los mercados mexicanos. Aunque las nuevas políticas reguladoras pueden limitar la inversión en servicios públicos, los mercados de la mayoría de los sectores en México están maduros para la inversión extranjera. Las empresas mexicanas prevén crecimiento y oportunidades en los próximos tres años más cerca de su país (77%), y cuatro de los cinco principales destinos de inversión están en América Latina.
Las empresas mexicanas crean resiliencia en un mundo incierto
Aunque podría decirse que la pandemia de COVID-19 ha creado la mayor disrupción para las empresas en el último año, las fuerzas disruptivas seguirán desafiando a las empresas y las economías mucho después de que la pandemia haya desaparecido. A través de sus revisiones de estrategia y portafolio, y en el aumento de la inversión en la transformación digital, la tecnología y las capacidades digitales, las empresas mexicanas pueden crear resiliencia y agilidad para competir en un mundo incierto.