El análisis de escenarios debe servir de base para la evaluación de riesgos, el desarrollo de estrategias y las decisiones de inversión, así como para la remuneración y los incentivos internos.
Sin embargo, la investigación descubrió que sólo el 15% de la muestra incluye el cambio climático en sus estados financieros, lo que sugiere que las organizaciones carecen de datos sólidos sobre el impacto financiero de los escenarios o aún no han analizado completamente las implicaciones de estos impactos en toda la empresa.
En el futuro, es poco probable que los reguladores y los mercados de capitales acepten que las empresas hayan realizado una evaluación precisa del riesgo o de las oportunidades sin llevar a cabo un sólido nivel de análisis de escenarios.
Para satisfacer a los grupos de interés, las organizaciones deben ser capaces de articular el tamaño relativo y el marco temporal en torno a los riesgos físicos y de transición en su geografía e industria, idealmente construyendo los peores casos, los casos base y los casos más probables.
Conocer las principales palancas de reducción de emisiones en toda la cadena de valor
Entender los riesgos y las oportunidades climáticas va más allá de la propia huella de una organización y puede implicar una gestión de datos, un análisis y una previsión más complejos. Para la mayoría de las organizaciones, las emisiones procedentes de la cadena de valor (Alcance 3) son mucho más elevadas que las de sus propias operaciones (Alcance 1 y Alcance 2). Es probable que los mayores impulsos procedan de la fabricación o el transporte posteriores al proceso de producción, o de la transformación, el uso o el transporte de productos anteriores al proceso de producción.
Esto no es sólo un problema en las industrias con gran intensidad de emisiones, como la minería del hierro, en la que importantes emisiones de Alcance 3 proceden de un cliente que convierte el producto en acero. El sector global de la confección y el calzado produce más emisiones de gases de efecto invernadero que los sectores del transporte marítimo y la aviación juntos3 - la gran mayoría a través de las emisiones de alcance 3.
Como resultado, las palancas más potentes de reducción de emisiones rara vez son intuitivas. Una importante marca de farmacia descubrió que el 80% de sus emisiones estaban asociadas a la cantidad de tiempo que los consumidores utilizaban sus productos en la ducha. A menudo, las emisiones de la producción de alimentos no cárnicos se derivan en gran medida del transporte. Para el sector de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), un pilar importante de su estrategia de descarbonización será probablemente el fomento de la conciencia del carbono entre los usuarios finales.
No es de extrañar que el escrutinio de los grupos de interés en torno a las emisiones de la cadena de valor sea cada vez mayor, especialmente en las industrias intensivas en carbono y orientadas al consumidor. La guía de objetivos basada en la ciencia establece que "si las emisiones de Alcance 3 de una empresa representan al menos el 40% del total de las emisiones de Alcance 1, 2 y 3, debe establecerse un objetivo de Alcance 3".4
El desafío es que, en lo que respecta al carbono, la mayoría de las organizaciones tienen actualmente cadenas de suministros opacas. Corresponde a las organizaciones trabajar con sus proveedores y ofrecerles incentivos para que formen parte del proceso de descarbonización. Al igual que las organizaciones examinan sus cadenas de suministros en busca de violaciones de los derechos humanos, deberían dedicar la misma energía a analizar y reducir las emisiones de la cadena de suministros.
Cómo vamos en Perú
En julio del 2016, el Perú se convirtió en el primer país de Hispanoamérica en ratificar el Acuerdo de París. III. La Agenda de Acción Lima – París permitió la participación de actores no estatales claves como el sector privado, la sociedad civil, la academia, los pueblos indígenas, colectivos y la ciudadanía en general para el relacionamiento y diálogo; consiguiendo que los diferentes actores asumieran la responsabilidad de la solución del problema del cambio climático como parte de toda la sociedad y no solo de los gobiernos. El Perú se ha comprometido a reducir el 30% de las emisiones de GEI (Gases de Efecto Invernadero) proyectadas para el 2030, equivalentes a 89,4 MtCO2eq, con respecto al año base de 2010 y considerando un escenario Business As Usual (BAU) de incremento de emisiones.
Un punto de inflexión en la gestión del cambio climático en el Perú lo constituyó la promulgación de la Ley Marco sobre Cambio Climático Nº 30754 en el 2018 y su reglamento en el 2019 con el objetivo de establecer los principios, enfoques y disposiciones generales para la gestión integral, participativa y transparente de las medidas de adaptación y mitigación al cambio climático, a fin de reducir la vulnerabilidad del país, aprovechar las oportunidades del crecimiento bajo en carbono, reducir las pérdidas económicas a través de una adecuada gestión de los riesgos climáticos y cumplir con los compromisos internacionales asumidos por el Estado ante la CMNUCC.
Uno de los principales elementos de la Ley Marco sobre Cambio Climático y respectivo reglamento es que plantea un aumento de la competitividad de la inversión y del presupuesto público nacional. Para ello, el MEF (Ministerio de Economía y Finanzas) debe incorporar el análisis del riesgo climático y vulnerabilidad, así como la identificación de medidas de mitigación y adaptación al cambio climático en la formulación y la ejecución de proyectos de inversión pública, así como en los instrumentos económicos que canalizan presupuesto público.
Como parte de los esfuerzos para monitorear y reducir las emisiones de GEI se ha involucrado al sector público y privado, el MINAM, como la Autoridad Nacional en materia de Cambio Climático, presentó en el 2019 la plataforma digital “Huella de Carbono Perú”. Esta herramienta innovadora es la primera en su tipo disponible de forma gratuita a nivel nacional para que organizaciones públicas y privadas puedan gestionar sus emisiones GEI a través de cuatro componentes:
- Calculadora de emisiones: calculadora gratuita para medir las emisiones de GEI en base a la norma internacional NTP ISO 14064-1.
- Sistema de reconocimiento: sistema incremental para el reconocimiento de las organizaciones a través de cuatro niveles de estrellas:
- 1 estrella: cálculo y generación de reporte de la huella de carbono
- 2 estrellas: verificación de los resultados del cálculo de la huella por una tercera parte acreditada
- 3 estrellas: reducción de emisiones
- 4 estrellas: compensación o neutralización de emisiones
- Registro: registro público de organizaciones participantes donde se reconoce el grado de ambición de la gestión de las emisiones de GEI.
- Información para neutralizar: lista de proyectos nacionales que ofrecen reducciones de emisiones para neutralizar la huella de carbono a través de la compra de créditos de carbono.
Avance de la participación de empresas peruanas en la Plataforma Huella de Carbono Perú del MINAM
Fuente: MINAM (2021). Elaboración: EY Perú.5
Por otro lado, la SMV (Superintendencia del Mercado de Valores) presentó en el mes de junio de este año un reporte sobre la Información consolidada del Reporte de Sostenibilidad Corporativa que presentaron 185 emisores con valores inscritos en el Registro Público del Mercado de Valores correspondiente al ejercicio 2020. Este reporte presenta información relacionada a la gestión ambiental y social de las compañías. Respecto a la gestión ambiental, solo 113 compañías afirman contar con una política ambiental o sistema de gestión y de este total 83 compañías afirman que dicha política ambiental o sistema de gestión contempla la gestión de riesgos, identificación y medición de los impactos ambientales de sus operaciones relacionadas con el cambio climático. Como siguiente paso es necesario desarrollar una evaluación de los riesgos y oportunidades y establecer estrategias climáticas que permitan el viaje hacia la descarbonización.
Próximos pasos en la elaboración de informes sobre el clima
En un momento en el que la voluntad política y la opinión pública global se centran en una profunda acción climática, los riesgos y las oportunidades climáticas deben estar en primer plano a la hora de que las organizaciones planifiquen sus futuras estrategias de crecimiento.
Algunas organizaciones son reacias a actuar frente al cambio climático debido a las numerosas incertidumbres que rodean la naturaleza y el calendario del riesgo de transición, así como sus impactos físicos. Sin embargo, las organizaciones suelen pronunciarse sobre el futuro probable de las tecnologías emergentes sin conocer sus horizontes temporales exactos.
A medida que la ciencia sobre el cambio climático es más detallada que nunca – y rotundamente clara– surge la necesidad de actuar de inmediato. Las organizaciones que no actúen a medida que la transición a cero neto se acelera pueden quedar expuestas a riesgos relacionados con el clima y no estar preparadas para las oportunidades asociadas a él.
A medida que las organizaciones consideran sus próximos pasos hacia la adaptación al clima, las organizaciones deben ser capaces de responder a las siguientes preguntas:
- ¿Cuál es el alcance de los riesgos y oportunidades a los que se enfrenta mi organización como consecuencia del cambio climático?
- ¿Cómo debería cambiar mi estrategia organizacional para responder a los riesgos y oportunidades identificados del cambio climático? ¿Y qué iniciativas estratégicas serán necesarias?
- ¿Qué debo hacer para ejecutar mi viaje de descarbonización?
- ¿Cómo comunico al mercado el alcance de mis riesgos y oportunidades, los cambios propuestos en mi estrategia y los avances en mi viaje de descarbonización?
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Resumen
Es poco probable que las emisiones de alcance 1 y 2 sean la única – o incluso la mayor – fuente de factores de riesgo climático, especialmente porque no tienen relación con la exposición al riesgo climático físico. Las organizaciones deben mirar hacia arriba y hacia abajo en toda su cadena de valor para identificar las vulnerabilidades y las oportunidades de crecimiento, y encontrar – y utilizar – sus palancas de gestión del clima más poderosas. Esto implicará comprender la capacidad de recuperación de las estrategias y los activos empresariales en una serie de posibles escenarios climáticos.