Estos porcentajes indican que los consumidores son cada vez más resistentes a las crisis existentes y se sienten más positivos ante posibles alteraciones. Este fenómeno podría impulsar hábitos de consumo que priorizan el valor sin comprometer la calidad, la experiencia o el propósito.
Cuidado del presupuesto doméstico
Las personas están migrando a marcas más económicas (downtrading) y vuelven a las tiendas a medida que priorizan lo esencial en medio del encarecimiento del costo de vida. Una parte importante de los encuestados quiere aumentar el gasto en alimentos frescos y tiene la intención de reducir el consumo de bebidas. Asimismo, se están fijando en el costo de la electricidad, el gas y el agua, pues sienten que son servicios más controlables.
Los mexicanos están tomando medidas para cuidar el ingreso familiar, como se ve a continuación:
- 53% están preocupados por el aumento del costo de los comestibles y otros productos básicos del hogar.
- 55% están comprando solo lo esencial.
- 38% planean gastar menos en servicios de entrega de comestibles en los próximos 3-4 meses.
Los valores adoptados en el último año han llevado a muchos consumidores a estar menos interesados en las tendencias de la moda, belleza y cosmética, ya que vuelven a las rutinas de la pandemia que requerían un uso menor de este tipo de productos. También hay menos interés en las innovaciones tecnológicas dentro de los bienes de consumo duradero, pues tratan de maximizar el valor de lo que poseen actualmente.
Por último, las personas están gravitando hacia el escapismo y valorando otras experiencias que sacrificaron en el pasado por la pandemia: quieren evadirse fácilmente y disfrutar de vacaciones, juegos, plataformas de video y comunidades online inmersivas en el metaverso.