Skyscrapers construction site for modern buildings in New York. Cranes and scaffolding used to build tall structures, blue sky on background.

El desafío de financiar infraestructuras en Latinoamérica


América Latina enfrenta desafíos financieros para impulsar el crecimiento de su infraestructura en los próximos años.


En resumen:

  • Cambios globales, como la pandemia y la reorganización de flujos energéticos, impactan en la logística y energía regional.
  • Los incrementos en las tasas de interés y la reducción de notas de deuda afectan el acceso al financiamiento.

América Latina presenta un desafío triple en cuanto a la financiación necesaria para impulsar la mejora y el crecimiento de su infraestructura hasta que concluya la década. Por una parte, el final de la pandemia y la guerra en Europa modificaron los mapas mundiales de logística (nearshoring) y flujos de energía en el planeta.

En segundo lugar, surge la necesidad de acelerar la transición energética y mantener el calentamiento global en niveles de +1.5 C.  Por último, se plantea un reto, mejorar la infraestructura en la región y llevar a cabo la modernización de las ya existentes.

Entonces es aquí donde surge una gran pregunta: ¿cómo financiará la región sus infraestructuras hasta el final de la década?

Financiamiento sostenible

El estudio del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) sobre la brecha de infraestructura en América Latina y el Caribe arroja que para el año 2030, esta región se enfrenta a la necesidad de invertir un total de 2.220.736 millones de dólares; de los cuales, la mitad se destinará a infraestructura de transporte, mientras que una cuarta parte se ocupará para el sector energético.

El restante se distribuirá de manera equitativa entre telecomunicaciones y gestión de agua potable y residuos. Estos fondos serán cubiertos por una combinación de flujos internos de Latam, inversión extranjera directa y, especialmente, endeudamiento.

Impacto de las tasas de interés y perspectivas financieras

Los recientes incrementos en las tasas interés por parte de la Reserva Federal (FED) reflejan su impacto en la región, dando como resultado un encarecimiento en el acceso a las fuentes de financiamiento.

Esta situación también hace que se eleven los costos de la mayor parte de los Project Finance planeados de 2023 en adelante, este panorama se agrava aún más con la caída en las notas de deuda soberana por las agencias internacionales S&P, Moody’s o Fitch.

Ante esta situación, es muy probable que observemos un resurgimiento en las instituciones financieras de apoyo a nivel local y regional en América Latina, en países como Brasil y México. Asimismo, se espera un aumento en la participación en los procesos de financiamiento por parte de organismos internacionales como los multilaterales, además de los regionales que desempeñan un papel relevante en esta área.

De igual manera, las líneas de las Agencias de Crédito a la Exportación (ECA) de los países proveedores de bienes de capital deberían tener mayor interés, especialmente, aquellos proyectos relacionados con los sectores de energía, telecomunicaciones y transporte, como metro, teleféricos, tranvías, entre otros. Algunos países ven con expectativa el rol del banco de los BRICS en nuestra región.

No ayudará que prestigiosos bancos internacionales privados hayan dejado de financiar proyectos de gas natural, en particular en una región que apostó masivamente a los ciclos combinados desde finales de la década de 1990. Países como Brasil, Colombia, Chile, Panamá, El Salvador, República Dominicana y diversas islas del Caribe son importadores netos de gas natural vía gasoductos o terminales de regasificación LNG.

Al mismo tiempo, se ha generado la posibilidad de exportar el Shale Gas, proveniente de Texas, hacia los mercados en la región del Pacífico a través de plantas de LNG, situadas en el norte de México, dada la saturación del Canal de Panamá y la demanda creciente de los mercados asiáticos.

Ante esta realidad, el sector deberá emplear un enfoque sumamente innovador para asegurar la financiación necesaria para llevar a cabo estas expansiones en el ámbito de la energía.

Alianzas público-privadas en evolución

En última instancia, resta por determinar cómo esta coyuntura tendrá un impacto en los programas de Alianzas Público-Privadas (APP) en países como Brasil, Chile, Colombia o Panamá, cuya estructura financiera ha sido privilegiada para cubrir el mantenimiento y la modernización en la región de las infraestructuras viales, puertos y aeropuertos (y, en algunos casos, de salud) desde inicios de los años 2000.

Además, la competencia por asegurar financiamientos tanto a nivel local como internacional aumentará considerablemente por la importante contribución de la región en minerales para la transición energética, como el cobre y litio, presentes en Argentina, Bolivia, Chile, México y Perú.


Resumen

La infraestructura en América Latina enfrenta un complejo escenario de financiamiento a causa de las transformaciones globales como la pandemia y la reorganización de flujos energéticos, los cuales generan incertidumbre en la logística y energía. Según el BID, se requiere invertir 2.220.736 millones de dólares hasta 2030, priorizando infraestructura, transporte y energía. Sin embargo, las tasas de interés en aumento y la disminución de calificaciones crediticias impactan el acceso a financiamiento.


Acerca de este artículo