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Disrupción de las cadenas de valor en la zona T-MEC por el COVID-19, oportunidades para México y sus organizaciones industriales y de servicios

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El presidente de los Estados Unidos de América, Donald Trump, ha adoptado - muy al estilo de las conferencias de prensa matutinas de su homólogo mexicano Andrés Manuel López Obrador - una conferencia de prensa diaria desde el comienzo de la crisis sanitaria. En una de las ediciones más recientes de la misma, el mandatario expresó que los Estados Unidos “no van a estar muy felices si se interrumpen las cadenas de suministro”, lo cual a su vez ejerce presión sobre los aparatos productivos mexicano y canadiense.

La declaración podría pasar como solo una nota más, pero envía un mensaje claro: aquellas industrias cuyas cadenas productivas dependan de insumos, partes o ensamblajes que provengan de México y Canadá y se vean interrumpidas, podrían provocar una reacción del gigante del Norte y su presidente [1].

Las perturbaciones a las cadenas de suministro aparecen en organizaciones de todo el mundo, desde compañías fabricantes de automóviles hasta productores de teléfonos móviles, compañías de energía, farmacéuticas y de productos químicos, entre otras, todas ellas afectadas por la propagación del coronavirus. 

El cierre de plantas asiáticas mermó la capacidad de manufactura y proveeduría de los países, lo que, combinado con la aprobación del T-MEC en Canadá [2] , motivó a las empresas de todo el mundo a acelerar los cambios en sus cadenas de suministro para depender menos de China, con lo que México vuelve a convertirse en un lugar atractivo para invertir, siempre y cuando exista una coordinación exhaustiva con Canadá y los Estados Unidos.

El Acuerdo Estados Unidos-México-Canadá (T-MEC), que reemplazará al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) después de más de 25 años de existencia, fue ratificado por los tres países y entrará en vigor el 1 de julio.  Los tres países se han esforzado por alinear sus regulaciones internas y se espera que publiquen las reglamentaciones uniformes alrededor de la fecha de entrada en vigor.

Ahora que el presidente Donald Trump y sus asesores económicos quieren comenzar a reabrir la economía de Estados Unidos en mayo, surge una pregunta central para las empresas con cadenas de suministro que se extienden por Norteamérica: ¿qué sucede si México y Canadá no tienen los mismos plazos en mente?

Los fabricantes de distintos sectores, que van desde productos químicos hasta electrónicos, tienen proveedores en todas las fronteras nacionales del continente.

Gran parte de la incertidumbre respecto de los plazos gira en torno a México, que hasta ahora ha adoptado un enfoque aún más estricto que Estados Unidos y Canadá en la forma en que ha designado cuáles son las compañías esenciales que aún pueden operar durante la crisis sanitaria.

La falta de coordinación entre los tres signatarios del acuerdo ha causado caos en muchas industrias, el cual podría empeorar cuando se reanude la actividad económica.

Las cadenas de suministro de la industria en Norteamérica están tan entrelazadas que, para lograr una reapertura sin problemas, es necesario que entidades de Estados Unidos, Canadá y México estén en absoluta sincronía.

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, se comprometió la semana pasada a reabrir las plantas industriales del país entre tres y cinco días antes de la fecha programada en Estados Unidos para garantizar que las cadenas de suministro puedan volver a funcionar de manera eficiente y sin reducir la competitividad de la zona T-MEC.

Todo esto puede representar una gran oportunidad para México de ganar a China en la carrera para volverse un proveedor esencial de la industria en el área T-MEC, siempre y cuando se diseñen las estrategias correctas y el gobierno mexicano sea capaz de ser congruente en sus políticas industriales. Esta podría ser un arma importante para confrontar y reducir la crisis económica que se avecina una vez pasada la crisis sanitaria.

EY como organización global con más de 250,000 colaboradores a nivel mundial y presente en la mayor parte de los países, ha diseñado planes especiales para amortiguar los efectos devastadores de esta crisis sanitaria y económica.

En nuestros centros de innovación e inteligencia a nivel mundial hemos credo soluciones para cada industria y cada servicio para poder lidiar con los efectos negativos.

Con respecto a la cadena de valor, EY ofrece servicios que van desde un cuestionario simple y gratuito en línea para evaluar la resiliencia corporativa ante el COVID-19, hasta una evaluación completa de la cadena de suministro para productos complejos. EY pone a disposición de sus clientes, profesionales con alto conocimiento en comercio internacional, en localización de plantas y precios de transferencia, así como programas de emergencia para retomar y mantener la producción trabajando, con el objetivo de seguir construyendo un mejor entorno de negocios.

[1] Jáuregui, Manuel, Suministros, Reforma, 22 de abril de 2020
[2] Love, Ben; Ávila, Daniel, Rivero, Francisco, Astigarraga, José; Implementing the USMCA in the COVID era; 30 de marzo de 2020

Contacto:
Raúl Meyer | Socio de Manufactura Avanzada y Movilidad
raul.meyer@mx.ey.com

Resumen

Las cadenas de suministro de la industria en Norteamérica están tan entrelazadas que, para lograr una reapertura sin problemas, es necesario que entidades de Estados Unidos, Canadá y México estén en absoluta sincronía. Todo esto puede representar una gran oportunidad para México de ganar a China en la carrera para volverse un proveedor esencial de la industria en el área T-MEC.

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