Los enfoques para la eliminación del carbono
En Latinoamérica dependemos de los bienes primarios. En otras palabras, somos dependientes de los recursos naturales, renovables y no renovables; este es un dato significativo para Latinoamérica y en especial para Latinoamérica Norte, donde la biodiversidad y la fauna juegan un papel fundamental para nuestro ecosistema. En este ecosistema, no estamos solo enfocándonos al medioambiente, sino a la sociedad en general y consecuentemente a la economía.
Recordemos que, cuanta más población tengamos, más posibilidades tenemos de crecer económicamente. Pero este crecimiento depende de qué tanto somos conscientes del cambio climático y también de cómo nos ha cambiado la normalidad producto de la pandemia.
En este sentido, las empresas deben incluir estrategias de verdadero valor en el largo plazo y para ello deben comprender, de manera holística, que el retorno de inversión no solo debe considerar a los accionistas en el corto plazo sino también al medioambiente, su modelo de gobierno y cómo están impactando positivamente en lo social.
Las Guidance on Core Indicators (GCI) provistos por la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) de las Naciones Unidas, por ejemplo, introducen metodologías para calcular el impacto de la emisión de gases efecto invernadero (indicador B2), pero también tiene un componente integral sobre cómo las empresas deben calcular y monetizar el impacto en su retorno de inversión.
En Latinoamérica, la mayoría de las empresas, por no decir que todas, están preparando un informe de sostenibilidad, pero con ausencia profunda de cálculos tangibles en materia ambiental. La UCTAD ha hecho esfuerzos para promover esto dentro de los estados latinoamericanos, tomando como pilotos a Colombia y a Guatemala para el desarrollo de programas en pro de legislaciones en favor de la integración del reporte financiero y de reportes de sostenibilidad que integren el componente económico, social, institucional y medioambiental.
En nuestra región, aún hay mucho camino por recorrer. Como se mencionó anteriormente, la economía latinoamericana es dependiente de los bienes primarios y eso conlleva a una necesidad perentoria a un compromiso en la reducción de emisiones de carbono.
No obstante, hemos comenzado a ser conscientes en materia de estas actividades, pero eso ha dejado al descubierto la necesidad de financiación a favor de la descarbonización. Por esta razón, ya hay varias compañías latinas que empiezan a pensar en la emisión de bonos verdes, sostenibles y/o bonos en pro de la descarbonización.
Reducción de emisiones para Latam
Para Latinoamérica, la reducción de emisiones de carbono será un imperativo en la próxima década.La descarbonización pasará a ser parte de las estrategias de valor a largo plazo a nivel de cada organización, empezando por los Estados.
Nuestros clientes y comunidades de negocio deben ser conscientes de que este no es una estrategia que será adoptada únicamente para quedar bien y hacer propaganda de las acciones que emprendan, sino que se trata de ser verdaderos líderes que empoderen a sus organizaciones, pensando no solo en estas generaciones sino las generaciones venideras.
En EY buscamos que las empresas inicien la implementación de nuestra metodología de Long Term Value, que ha sido desarrollada con un componente altamente científico y además se ha combinado con el componente práctico. Nuestra hipótesis es que las compañías que no inicien la implementación de una estrategia de largo plazo en donde se ponga en el centro de atención a todos sus stakeholders, es una compañía que estará condenada al aceleramiento de su fracaso.
COVID-19: un reto que se ha transformado en oportunidad
La pandemia ha forzado a las organizaciones a salir de la zona de confort, de dejar de hacer lo que estaban acostumbrados y les ha obligado a repensar su comportamiento en la sociedad y, por ende, en el consumo y el cuidado del medioambiente. Recordemos que la economía tiene dos componentes inseparables: la gente y cómo se comporta esta gente.