“Uno de los principales beneficios del Tren Eléctrico Interurbano (TEI) es que produciría un importante efecto en crecimiento económico a mediano plazo, e importantes ahorros en costos de operación, tiempo de viaje, y disminución de contaminación, que más que compensan el cofinanciamiento que deberá de aportar el Estado”.
En los últimos días se ha generado una polémica de si es conveniente o no que el país se endeude por los US$ 550 millones que deberá el Estado aportar para el cofinanciamiento que necesita el TEI, para que el proyecto sea viable financieramente. El proyecto tiene un costo de inversión de US$ 1,500 millones, de los cuales US$950 millones los aporta el inversionista privado que gane la licitación para desarrollar el proyecto y el Estado aporta US$ 550 millones.
En los proyectos de Asociación Público-Privada (APP) el mecanismo de pago al inversionista privado puede provenir de cargos al usuario, pago del gobierno con base al uso o disponibilidad de la infraestructura o servicio, o una combinación de ambas modalidades. Es muy común que los gobiernos busquen nuevas fuentes de financiamiento para el suministro de infraestructura por medio de APP, a través del cobro a los usuarios por el uso de la misma. Pero hay proyectos que requerirán cofinanciamiento del Estado. Es decir que el proyecto no es autofinanciable por sí solo con los cobros que se hacen a los usuarios y por lo tanto se requiere de un aporte del Estado para reducir la inversión del desarrollador privado, de tal forma que el proyecto alcance un rendimiento que sea adecuado para compensar las obligaciones y riesgo que asume el desarrollador.
Este es el caso de los proyectos de trenes de pasajeros, que generalmente no son autofinanciables, porque requieren grandes inversiones de capital y la tarifas por objetivos de planificación urbana, se tienen que fijar bajas para que las personas los usen como un sistema de transporte masivo, por lo que normalmente requieren un cofinanciamiento del Estado para que el proyecto sea financieramente viable. Es vital comprender que este apoyo financiero del Estado, no es una ayuda al inversionista privado, sino a los usuarios, que de otra forma tendrían que pagar una mayor tarifa o no podrían verse beneficiados del proyecto, porque sin el cofinanciamiento el mismo no sería viable.
Es lógico que genere preocupación que el Estado se deba de endeudar por US$ 550 millones, en tiempos tan difíciles como los que estamos viviendo por la pandemia del COVID-19. Pero cuando se revisan los beneficios que se espera genere este proyecto, hay que concluir que dicho endeudamiento es conveniente para el país, para logar acceder a los mismos.
Uno de los principales beneficios de la inversión en infraestructura es que produce un importante efecto en crecimiento económico. Según el Fondo Monetario Internacional, una inversión adicional en infraestructura equivalente al 1% del PIB, genera un crecimiento del PIB de aproximadamente 0.4% el primer año hasta alcanzar 1.5% el monto de inversión en el 4 año.
Si estimamos el efecto que produciría en crecimiento económico la inversión de los US$ 1,500 millones por la construcción del TEI, tenemos que esto conllevaría a que el PIB en los siguientes 4 años crezca aproximadamente en US$ 5,100 millones adicionales, lo que produciría que el Estado recaude aproximadamente US$ 654 millones por concepto de los impuestos, producto del crecimiento adicional del PIB que traería el TEI, asumiendo una carga tributaria del 12,83% del PIB. Esto sin considerar el efecto de las inversiones que deberá de hacer el proyecto en mantenimiento de las líneas, estaciones y material rodante durante toda la vida del contrato.
Si se estima el servicio de la deuda (pago de principal e intereses) del financiamiento que tomaría el Estado por los US$ 550 millones que conlleva el cofinanciamiento a este proyecto, se tiene que el mismo es de aproximadamente US$ 660 millones durante los 25 años del préstamo[1]. Esto quiere decir que el ingreso que produce por impuestos el crecimiento económico que genera el propio proyecto, sirve para pagar el 99% del servicio de la deuda del cofinanciamiento del Estado.
Es importante también tener en cuenta los tiempos del proyecto. La licitación del mismo puede durar de 4 a 6 meses para adjudicar el proyecto. Después vendrá un plazo durante el cual el inversionista privado deberá de realizar el diseño final del proyecto, obtener los permisos y licencias, y hacer el cierre financiero del proyecto. Mientras que el Estado deberá de hacer las expropiaciones que en este proyecto son muy pocas. Todo esto puede tomar mínimo 12 meses. Esto quiere decir que el inicio de la construcción y el cofinanciamiento que proporciona el Estado se darán en no menos de un año y medio. Por lo que el financiamiento por los US$ 550 millones debería de estructurarse para que rija a partir de dicho plazo, lo que haría que el efecto del endeudamiento no lo tenga el país hoy, y es de esperar que la situación económica después de dicho plazo sea mejor de la actual, una vez que los efectos de la pandemia se hayan aminorado. Pero si es importante que se desde ahora el Estado cierre el financiamiento que le permitirá al país dar el cofinanciamiento al proyecto.
El TEI no solo conlleva un efecto importante en aumento del PIB e impuestos, sino que también produce importantes ahorros en gasto de combustible y tiempos de viajes; reducción de contaminación, disminución de muertes y lesiones por accidentes vehiculares; generación de empleo; así como reducción de enfermedades producto de la contaminación que ayuda a disminuir.
Los estudios de factibilidad estiman que los ahorros que traerá el proyecto por costo de operación (incluye ahorros en combustibles) y tiempos de viaje, son de aproximadamente US$ 700 millones para el primer año. Para un total de más de US$ 30,000 millones durante toda la vida del proyecto. El Estado de la Nación estimó que los costos derivados de los problemas de transporte en el GAM por siniestros, calidad de aire, ruido y emisiones de GEI en el GAM, representan aproximadamente US$ 2,145 millones al año. Por lo que si se logra convertir al TEI en la columna vertebral del sistema de transporte público del GAM, se puede entender el importante efecto que esto traería en ahorro en estos rubros.
Si consideramos el efecto en crecimiento económico, los ingresos fiscales, ahorros por costo de operación y tiempos de viaje, y ahorros por costos derivados por problemas de transporte, hay que concluir que el proyecto del TEI trae beneficios que más que compensan el endeudamiento que debe de hacer el Estado para dar el cofinanciamiento.
No debe de quedar duda de que el desarrollo del TEI será muy beneficioso para el país. Pero para esto es importante asegurarse que la estructuración del proyecto además de ser técnicamente viable, también sea un proyecto comercial y financieramente viable, que sea bancable y permita contratar a un inversionista privado con la suficiente capacidad (técnica, gerencial y financiera) para desarrollar el proyecto con éxito.
Un tren de pasajeros será un éxito solo si la población lo considera un medio de transporte eficiente con relación a otras alternativas. Los usuarios deben de estar seguros de que después de hacer su análisis de costo/beneficio, les es rentable usar el tren.
Es importante considerar siempre las principales características que se necesitan para que los proyectos de trenes de pasajeros sean exitosos, como son:
- Ahorro en tiempo de viaje en relación con otros medios de transporte público y vehículos.
- Tarifas competitivas para los recorridos, similares a las de otros medios de transporte público.
- No competencia de otros medios de transporte público en la ruta del tren. El TEI tiene que ser la columna vertebral del sistema de transporte público del GAM.
- Integración con el sistema de buses y otros medios de transporte público. Las paradas del tren deben permitir la conectividad con los otros medios de transporte público para permitir a los usuarios desplazarse a sus lugares de trabajo, hogares, comercio y lugares de recreación.
- Tiene que generarse confiabilidad en el TEI de tal forma que la gente lo considere un medio cómodo y seguro de transporte que cumple sus horarios con puntualidad y sin fallas que hacen que se interrumpa el servicio.
- Es vital que tanto en los trenes como en las estaciones, haya permanente vigilancia para generar el sentimiento de que es un medio de transporte seguro para sus usuarios.
- Es importante incluir parqueos para vehículos privados, donde las personas dejen su automóvil y puedan abordar el tren.
- Las estaciones del tren tienen que desarrollarse como centros de transbordo de pasajeros que brinden comodidad, seguridad y acceso a otros medios de transporte público. Por la fuerte afluencia de pasajeros que generan las estaciones de trenes, estas suelen desarrollarse como importantes zonas comerciales, generando una alta plusvalía de las propiedades aledañas. En algunos países estas plusvalías se usan para financiar parte de la inversión en el tren.
Los importantes beneficios que se esperan de este proyecto, especialmente en lo referente a reactivación económica, ahorros en tiempos de viaje y costos de operación, y reducción de contaminación, deben de darnos tranquilidad de que el endeudamiento necesario del Estado para apoyar el proyecto, es un buen negocio para el país y todos sus ciudadanos.
[1] Se asume una tasa de financiamiento del 1,5% y un financiamiento a 25 años.
Autor colaborador: Gustavo Ortíz, Director de Infraestructura de EY Centroamérica, Panamá y Rep. Dominicana