El comportamiento económico mundial ha logrado poner en el primer plano el retorno de inversión como su principal objetivo. De hecho, este argumento ha validado las teorías económicas en torno a las empresas y su importancia de retornar la inversión a los empresarios. Con estas presiones, soportadas por las teorías económicas aún vigentes y con ausencia de argumentación en contra, las empresas y los emprendedores han centrado su energía en mejorar los resultados de las organizaciones y consecuentemente tener contentos a los accionistas, socios o dueños de las empresas a punta de pago de dividendos o participaciones. Lo cierto del caso es que estamos en el punto de inflexión donde hay que pensar no solo en el dueño, accionista o socio sino en los interesados claves del negocio para que exista una economía sostenible.
Ya se hemos discutido acerca del impacto que tiene el pensamiento estratégico para una organización. Derivado de ello, se le da la importancia a la planeación estratégica de las organizaciones para combatir uno de los males endémicos de las compañías y por ende de sus líderes: el cortoplacismo. Pero ¿qué tanto se hace en pro de este combate y qué herramientas tienen los líderes empresariales para hacer posible y factible una estrategia de largo plazo?
En la medida en que los objetivos de la organización se centren en los interesados claves, comunidad vinculada o en inglés “stakeholders” como un todo, y no solo en los accionistas, estaremos recorriendo el camino de la sostenibilidad empresarial. Buscar el retorno de la inversión para los stakeholders es realmente el objetivo de los líderes y emprendedores en la actualidad si en realidad buscan la longevidad empresarial y la perdurabilidad.
La teoría del retorno de inversión sigue viva y lo seguirá por mucho más tiempo. El asunto es que en ese retorno de inversión se tenga en cuenta también el retorno en lo medioambiental, lo social y en la gobernanza en pro del resto de los stakeholders (clientes, proveedores, empleados, entre otros).
Una visión de largo plazo e inclusiva con los stakeholders conducirá a las organizaciones a la sostenibilidad empresarial y por ende se estará contribuyendo a la sostenibilidad económica.
Este centro de atención debe combinarse por supuesto con la ejecución de la estrategia en el corto y en el mediano plazo. “Bien lo ha dicho Michael Porter al argumentar que en el centro de la estrategia de las organizaciones deben estar las ventas. De esto podemos inferir que las ventas dependen de los clientes y/o de los consumidores de los productos o servicios que venda una organización.
Así las cosas, para que una organización sea sostenible no solo debe pensar en el largo plazo sino en el corto y, para ello, Porter indica que la excelencia operacional es fundamental pero no es estratégica.” Menciona Felipe Jánica – Socio Líder en Servicios de Asesoría en Contabilidad Financiera - Cambio Climático y Sostenibilidad para EY en Latinoamérica.
La estrategia debe ser de largo plazo, pero jamás se deben descuidar el corto y mediano plazo. Todo esto puede funcionar en sintonía si la organización no solo tiene una planeación estratégica, sino que en ella incluye a los stakeholders a la sociedad, al medio ambiente y a la trascendencia positiva en estos componentes. Así las cosas, buscar una estrategia de largo plazo e integrada será el vehículo conductor a una economía sostenible.
Articulo extraído de la columna de opinión del Diario El Espectador publicada el 22 Jul 2019