Con la pandemia de coronavirus que sigue desarrollándose en todo el mundo, los líderes empresariales tratan de anticiparse a lo que vendrá después. ¿Cómo cambiarán las actitudes y comportamientos que los consumidores han adoptado en el encierro, mientras su libertad se restablece lentamente? El desarrollo más significativo que estamos siguiendo globalmente es el surgimiento de lo que llamamos el "Consumidor Ansioso".
Para entender a los nuevos consumidores que COVID-19 está formando, hemos ampliado el alcance de esta edición del EY Future Consumer Index para incluir a los consumidores de China. China fue el primer país en poner en cuarentena a gran parte de su población y fue el primero en empezar a relajar esas restricciones. ¿Qué puede decirnos la forma en que sus consumidores están volviendo a sus antiguas vidas sobre cómo los consumidores a nivel global podrían cambiar a medida que sus libertades son restauradas?
Por supuesto, China es un país como ningún otro, con su sistema económico y político único. Debemos ser cuidadosos al hacer comparaciones con el resto del mundo. Y todos los países corren el riesgo de nuevas olas de infección, una profunda recesión y una recuperación incierta. Dejando de lado estas advertencias, creemos que hay nuevas actitudes y conductas de consumo que emergen en el país y que son indicadores útiles para otras organizaciones.
¿La cautela que todos sentimos llegó para quedarse?
En el aislamiento social obligatorio, la gente de todo el mundo se ha preocupado por cómo la pandemia cambiará la forma en que viven sus vidas. Si observamos de cerca la salida de China del aislamiento social obligatorio, podemos obtener una perspectiva de cómo el sentido de precaución generalizado podría persistir o evolucionar en otros países, a medida que eliminan o alivian sus restricciones.
Nuestro informe sugiere que a medida que los consumidores chinos pueden volver a la "vida normal", muchos siguen profundamente preocupados por seguir donde estaban. Si vemos que esta tendencia se repite de manera significativa en otros mercados, las organizaciones de todo el mundo tendrán que adaptarse para atender a un consumidor mucho más preocupado y cauteloso. Cuando las personas tomen decisiones sobre lo que compran y cómo emplean su tiempo, el riesgo estará en primer plano.
Fuera del aislamiento social obligatorio, pero no en la normalidad
El Informe sugiere que, en comparación con los consumidores del resto del mundo, los de China se sienten más optimistas en algunas áreas de la vida. Tienen el doble de probabilidades de esperar una recuperación económica en los próximos 12 meses, y casi el doble de probabilidades de decir que tienen confianza en el futuro.
Sin embargo, aunque el aislamiento social obligatorio ya ha terminado para ellos — a menos que veamos más olas de pandemia — no se sienten fuera de peligro. Los consumidores de China siguen profundamente preocupados — y casi tan preocupados como los consumidores de todo el mundo — por las repercusiones de la crisis en cuestiones como la salud de su familia y su libertad para disfrutar de la vida. El 48% está muy de acuerdo en que su forma de vida cambiará significativamente a largo plazo como resultado del brote; el 49% está muy de acuerdo en que sus valores y su forma de ver la vida han cambiado.