Seis pasos a seguir para manejar la controversia fiscal
Al analizar los resultados de nuestra encuesta, identificamos seis áreas en las que las organizaciones pueden centrarse para adaptarse a este entorno cambiante.
1. Adoptar un enfoque estratégico para la gestión del riesgo fiscal
La encuesta muestra que los factores de riesgo fiscal que se esperan desde hace tiempo se han convertido en una realidad, por lo que es importante que las empresas estén preparadas para hacer frente a cualquier forma que adopte, desde responder a auditorías agresivas o desafíos a los acuerdos de precios de transferencia, hasta gestionar los problemas de reputación relacionados con los impuestos, o examinar las estructuras empresariales y transfronterizas existentes.
Un enfoque integrado, holístico, global y de extremo a extremo puede ayudar a las empresas a detener la controversia antes de que se produzca mediante el uso de sistemas de gobierno vertical, sistemas y procesos que mejoren la supervisión y el cumplimiento. Este enfoque también ayuda a las empresas a realizar un seguimiento de la visibilidad, la supervisión y la evaluación de riesgos para que puedan gestionar mejor las controversias que se produzcan.
Además, la elección del mecanismo de resolución de disputas más adecuado, ya sea la gestión de exámenes, la gestión de apelaciones, el arbitraje o los litigios, permite una resolución más rápida para que las empresas puedan volver a centrarse en su misión principal.
2. Ser proactivo en la gestión del riesgo fiscal y de reputación
Para hacer frente a los requisitos mejorados de presentación de informes y divulgación impulsados por BEPS y a un mayor escrutinio de las auditorías, asegúrese de que su departamento de impuestos cuente con los conocimientos, el personal, el presupuesto y otros recursos necesarios para cumplir con las nuevas exigencias de la función tributaria. Evaluar los riesgos de reputación que puedan surgir y asegurarse de que las partes interesadas de la junta y de la suite C comprendan plenamente que el perfil fiscal de su empresa es un problema tanto financiero como de reputación.
Desarrollar, con el asesoramiento y consentimiento de la junta directiva, una política clara que explique el enfoque de la empresa en la planificación fiscal. Al desarrollar esta política, tenga en cuenta que el consejo, el director general y los representantes de la empresa deben sentirse cómodos con hacer pública la política y, si es necesario, estar preparados para defenderla.
Al mismo tiempo, decida cuán transparente quiere ser su negocio en términos de revelar el monto de los impuestos que paga en los países en los que hace negocios; una vez tomada la decisión, desarrolle un plan para comunicarlo a las partes interesadas externas y a las autoridades fiscales de manera coherente.
3. Adoptar un enfoque global para la gestión de las controversias fiscales
En un mundo en el que cada vez se comparte más información entre las autoridades fiscales, la aplicación agresiva de la ley y los riesgos de reputación asociados, es fundamental mantener una perspectiva global de todas las jurisdicciones en las que opera su negocio. La implementación de un enfoque globalmente coordinado mejora su capacidad para gestionar y priorizar el riesgo y podría ayudar a mitigar el impacto de la controversia.
La creación de un marco de gestión de auditoría fiscal global, una plataforma de cumplimiento global y un marco de información de gestión de controversias fiscales, así como el uso de herramientas previas a la presentación de solicitudes y de modelos económicos, pueden aportar claridad, confianza y mayor certidumbre. Un enfoque global puede aportar beneficios en toda la empresa: una reducción del riesgo de auditoría, un mayor control de las auditorías relacionadas con cuestiones delicadas, una gestión proactiva de las controversias fiscales y un mayor intercambio de conocimientos.
4. Cerrar la brecha de preparación de la administración tributaria digital
Con muchos gobiernos que requieren informes casi en tiempo real y que realizan análisis de datos cada vez más sofisticados, las autoridades fiscales están ganando visibilidad global. Las empresas necesitan mejorar sus capacidades digitales para poder satisfacer las demandas de este nuevo mundo de la administración fiscal digital.
La puesta en marcha de un nuevo modelo operativo digital es un paso esencial. Esto significa que las empresas necesitan asegurarse de que entienden los requisitos de datos de las autoridades fiscales, pueden formatear los datos de origen para cumplir con los requisitos de los países locales y disponer de las herramientas adecuadas para preparar las declaraciones de impuestos digitales.
Las empresas también deben realizar análisis de los datos antes de archivarlos y poner en marcha un proceso para archivar los archivos digitales con fines de auditoría. Las empresas deben considerar el desarrollo de una compilación de datos en tiempo real para la defensa de auditorías y otras posibles controversias, así como de un portal fiscal regional o mundial para supervisar y realizar un seguimiento de las auditorías y las recaudaciones.
5. Utilizar mecanismos alternativos de resolución de conflictos (ADR) de forma estratégica.
Evaluar las diversas herramientas de pre-filing (acuerdos de precios por adelantado, acuerdos de pre-filing, acuerdos de cumplimiento cooperativo) para determinar si alguna podría ser un método apropiado para que su empresa reduzca los riesgos y controversias futuras, teniendo en cuenta los costos y beneficios que conllevan dichas herramientas. Trabajar para construir mejores relaciones con las autoridades fiscales (una buena relación de trabajo con las autoridades fiscales es un factor crítico para el éxito de cualquier proceso de ADR).
También evalúe los pros y contras de los mecanismos de resolución de disputas que están disponibles si las disputas no pueden ser evitadas - incluyendo apelaciones, litigios, mediación, arbitraje y el procedimiento de acuerdo mutuo (MAP). A medida que aumentan las disputas fiscales transfronterizas con las autoridades fiscales, considere la posibilidad de acceder a MAP antes para resolver posibles disputas fiscales. Desarrollar una filosofía consistente de la controversia: ¿bajo qué circunstancias se resolverán, litigarán o manejarán las disputas?
6. Aproveche al máximo a su personal, sus procesos y su tecnología
Establecer marcos claros para el control interno de los impuestos, la gestión de controversias, la administración tributaria digital y las comunicaciones. Si algunos asuntos fiscales no son gestionados directamente por la función fiscal, asegúrese de que exista una buena coordinación entre la función fiscal y la(s) unidad(es) empresarial(s) que se encarga(n) de esos asuntos fiscales.
Asegúrese de que su función fiscal cuenta con procesos de gestión de auditoría claros y con la tecnología y las herramientas de software adecuadas para supervisar el cumplimiento fiscal global de su empresa y las obligaciones de presentación de informes, y de que puede responder rápidamente a las demandas de datos de las autoridades fiscales (en particular, los nuevos requisitos de datos digitales).
Asegúrese de que sus procesos de documentación cumplen con las normas BEPS y con el esquema de impuestos específico del país. Proporcionar informes periódicos y tableros de gestión sobre los riesgos y controversias fiscales de la empresa al CEO y al directorio, así como a otras unidades de negocio (según corresponda).
El futuro de la información fiscal y la transparencia
Con el aumento de la demanda de transparencia como motor clave del riesgo, el negocio de la fiscalización está experimentando un cambio global fundamental. Anteriormente, escribimos que el cumplimiento tributario es el prisma a través del cual se ve más transparencia —o luz solar, por utilizar la metáfora del juez Brandeis—. Dependiendo del ángulo con el que las empresas ven el prisma, la luz de la transparencia se dobla y refracta; la densidad óptica cambia. Esta serie se esfuerza por ayudar a todos los interesados a ver el arco iris en todo su esplendor.
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Resumen
Los rápidos cambios en la política fiscal y en la aplicación de la ley que han traído consigo BEPS y la revolución digital han añadido nuevas arrugas al entorno de riesgo fiscal.