La creación de una infraestructura de carga es más una cuestión inmobiliaria o espacial que una cuestión de tecnología o financiación.
Del mismo modo, muchos de los que disfrutan de la experiencia de conducir un vehículo eléctrico y están convencidos de los argumentos medioambientales siguen sin dar el salto por miedo a saber dónde, cuándo y cómo podrán cargar sus vehículos.
La situación para los posibles inversores no es más atractiva. Es una situación de gallina y huevo. En la actualidad, los grandes inversores se ven limitados por normas contradictorias, preocupaciones sobre el retorno de inversión y la incertidumbre de realizar grandes inversiones independientes en un campo tan heterogéneo.
La propiedad compartida de la infraestructura de recarga es una forma de desbloquear la inversión y poner en marcha el salto necesario hacia la escala y la ubicuidad. La infraestructura de recarga debe seguir el ejemplo de las propias redes eléctricas, las cuales son de propiedad privada pero accesibles al público.
La organización de EY ofrece una plataforma habilitada con Blockchain, Tesseract, que proporciona propiedad compartida mediante el empleo de contratos inteligentes. Los inversionistas pueden mancomunar recursos y comprometer tanto o tan poco capital como deseen, con la seguridad de que el Blockchain de Tesseract puede compartir todos los retornos de manera adecuada. También puede permitir a los inversores individuales adaptar los perfiles de rentabilidad a sus propias necesidades, ya sea descontado por adelantado a cambio de más cantidad en el futuro, o de forma consistente en todo momento.
Un enfoque compartido
La propiedad compartida es un enfoque ascendente en lugar de descendente que también tiene la ventaja de abrir la inversión en infraestructura de carga a una gama mucho más amplia de partes interesadas, no sólo a las que tienen más recursos. Los empleadores podrían mancomunar recursos para construir puntos de cobro para sus colaboradores, las autoridades municipales podrían combinar sus fuerzas con las de los fabricantes de equipos originales y las empresas locales para hacer lo mismo. Incluso grupos de particulares podrían reunirse y co-financiar puntos de cobro para su propia calle, pueblo o ciudad.
Los inversores también pueden optar por obtener sus beneficios parcial o totalmente en especie; —por ejemplo, los inversores más pequeños o los grupos de empleadores pueden obtener los suyos en forma de cargas gratuitas. La infraestructura de carga de propiedad compartida podría desempeñar un papel en la nueva red inteligente que surgirá a medida que la descarbonización y la electrificación nos acerquen hacia un ecosistema energético descentralizado.
Al fomentar el desarrollo local impulsado por la demanda local, la infraestructura de propiedad compartida facilitaría la expansión simultánea del proceso de carga en las grandes ciudades, que podrían unirse a las redes regionales y nacionales de colaboración más amplias. Las redes de propiedad compartida también ayudarían a simplificar la experiencia del usuario, proporcionando puntos de carga agnósticos capaces de servir a todos o a la mayoría de los vehículos eléctricos, independientemente del fabricante o de la norma.
La industria está reconociendo el reto y el potencial de unir fuerzas para afrontarlo. Los fabricantes de automóviles están dando prioridad al lanzamiento de nuevos vehículos eléctricos junto con la infraestructura de recarga, las compañías eléctricas están buscando una mayor expansión de las redes de recarga, y las grandes petroleras —anticipando la disminución de los ingresos — están invirtiendo y adquiriendo proveedores de recarga.
Disponibilidad del cargador
75%de los 112.000 cargadores rápidos disponibles al público (a partir de 20 kW) se encuentran en China.
Varios grandes fabricantes de automóviles están colaborando en el proyecto Ionity para instalar unos 400 cargadores rápidos públicos en las principales rutas de Europa. 2 CHAdeMO es una colaboración intersectorial aún más ambiciosa en la que participan los fabricantes de equipos originales, las autoridades municipales y las empresas eléctricas. Hasta la fecha ha instalado más de 22.000 cargadores rápidos de corriente directa en Asia, Europa, Japón y Norteamérica, lo que la convierte en la red de carga rápida de corriente directa más grande del mundo. 3
Estas iniciativas son un paso en la dirección correcta en términos de aumentar la escala y la velocidad de la carga. Sin embargo, no ofrecen la mayor escala y velocidad posible. Creemos que esto sólo se logrará haciendo que la infraestructura de recarga sea accesible al mayor número posible de inversores mixtos, a través de la propiedad compartida y de perfiles de rendimiento personalizados.
EY Tesseract no es la única plataforma disponible, pero ya estamos en conversación con las autoridades locales y los fabricantes sobre proyectos de cobro de propiedad compartida. Tesseract también está pilotado con éxito por los fabricantes y empresas de alquiler de automóviles, entre otras organizaciones.
Es posible que los puntos de carga nunca sean capaces de igualar el glamour y el atractivo de los vehículos eléctricos más recientes pero sin la inversión para construir más de ellos en los lugares donde más se necesitan, las decisiones de compra siempre se verán empañadas por las dificultades prácticas de dónde, cuándo y cómo conectarse.
Resumen
Es posible que los puntos de carga nunca sean capaces de igualar el glamour y el atractivo de los vehículos eléctricos más recientes pero sin la inversión para construir más de ellos en los lugares donde más se necesitan, las decisiones de compra siempre se verán empañadas por las dificultades prácticas de dónde, cuándo y cómo conectarse.