La transparencia es la clave. Existe una necesidad vital de información fiable, y parte de ella se facilitará mediante la presentación de informes financieros.
La aplicación de las normas de contabilidad y auditoría actuales producirá inevitablemente preguntas de todos los que participan en la presentación de informes financieros. Los requisitos actuales de auditoría y contabilidad siguen en vigor, aunque algunos organismos reguladores han proporcionado orientación actualizada, incluso en lo que respecta a los plazos.
El 4 de marzo, la Comisión de Valores y Bolsa de los Estados Unidos emitió una exención condicional del cumplimiento de los plazos que caen entre el 1 de marzo y el 30 de abril para la presentación de los informes anuales, las declaraciones de poder y otros documentos reglamentarios. Se han adoptado medidas similares en España y Hong Kong, y otros organismos reguladores contemplan la posibilidad de ofrecer una exención comparable.
Las empresas deberán estar atentas a nuevas actualizaciones reglamentarias y monitorear los efectos actuales y potenciales que el coronavirus tendrá en sus informes financieros. Habrá varias áreas de discusión, pero cinco temas serán prioritarios: empresa en funcionamiento y liquidez; evaluación del deterioro; modificaciones de contratos; medición del valor justo; y asistencia gubernamental e impuesto sobre la renta.
1. Empresa en funcionamiento y liquidez
Es comprensible que la administración afectada por la crisis se preocupe por la supervivencia de sus organizaciones. Y la clave será el flujo de efectivo: ¿tiene la empresa suficiente dinero para sobrevivir los próximos seis a doce meses?
Al preparar los estados financieros, la administración tiene que evaluar la capacidad de una empresa para seguir siendo una empresa en funcionamiento, y si la hipótesis de empresa en funcionamiento es apropiada. En las circunstancias actuales, la administración tendrá que considerar en su evaluación los efectos actuales y previstos del brote de coronavirus en las actividades.
Dada la imprevisibilidad del posible impacto, puede haber incertidumbres materiales que pongan en duda la capacidad de la empresa para operar bajo la base de empresa en funcionamiento. No obstante, si la empresa prepara los estados financieros bajo este supuesto, debe revelar esas incertidumbres.
El grado de consideración requerido, la conclusión a la que se llegue y el nivel de divulgación requerido dependerán de las circunstancias de cada caso, ya que no todas las empresas se verán afectadas de la misma manera y en la misma medida. Es posible que se requiera un juicio significativo y actualizaciones continuas de las evaluaciones, dada la naturaleza evolutiva del brote.
Es comprensible que la administración afectada por la crisis se preocupe por la supervivencia de sus organizaciones. Y la clave será el flujo de efectivo.
2. Evaluación del deterioro
Al final de cada período de presentación de informes, las empresas deben evaluar si hay algún deterioro de los activos no financieros. Un activo se deteriora cuando una empresa no puede recuperar su valor contable, ya sea utilizándolo o vendiéndolo.
El impacto adverso en las empresas causado por las medidas para detener la propagación de la enfermedad, como los cierres temporales de plantas de fabricación y las restricciones a los viajes y a la importación y exportación, puede considerarse un indicador de deterioro.
Al evaluar el deterioro, las empresas deben determinar las cantidades recuperables de los activos. Este cálculo requiere una estimación de las corrientes de efectivo futuras previstas y las expectativas sobre las variaciones de las corrientes de efectivo. Las corrientes de efectivo previstas deben reflejar la mejor estimación de la administración de las condiciones económicas que existirán durante la vida útil restante del activo.
En la situación actual, se prevén importantes desafíos en cuanto a si el pronóstico de los presupuestos para las futuras corrientes de efectivo puede apoyarse en la ejecución posterior. Cuanto más incierto es el entorno actual, más importante es que la empresa proporcione información detallada sobre las hipótesis adoptadas, las pruebas en que se basan y las repercusiones de un cambio en las principales hipótesis.
3. Modificaciones del contrato
Las empresas afectadas por el brote de COVID-19 pueden experimentar dificultades de flujo de efectivo como resultado de la disrupción de las operaciones, el aumento de los costos de explotación o la pérdida de ingresos. Es posible que necesiten obtener financiación adicional, modificar las condiciones de los acuerdos de deuda u obtener exenciones si ya no cumplen los acuerdos de deuda. En esos casos, tendrán que considerar si los cambios en los acuerdos contractuales existentes representan una modificación sustancial o potencialmente una extinción del contrato.
También hay consecuencias para los prestamistas. Se pide a las instituciones financieras, como los bancos y las compañías de seguros, que ayuden a los deudores aliviando sus obligaciones de flujo de efectivo. Éstas se considerarán modificaciones de los contratos y requerirán que las instituciones piensen en las mediciones de su cartera de préstamos y las pérdidas de crédito previstas. Del mismo modo, las empresas inmobiliarias tendrán que considerar las consecuencias si proporcionan alivio a los arrendatarios en los alquileres.
4. Medición del valor razonable
Las empresas están obligadas a medir algunos de sus activos y pasivos a su valor razonable. Se trata de una estimación del precio de salida en una fecha determinada, basada en las hipótesis que los participantes en el mercado harían en las condiciones actuales.
Al realizar evaluaciones y juicios para medir el valor razonable, la empresa debe tener en cuenta las condiciones y los supuestos correspondientes que eran sabidos o conocidos por los participantes en el mercado. El impacto de la medición del valor razonable (FVM por sus siglas en inglés) dependería de la evaluación de si la gravedad del brote en la fecha de presentación del informe habría afectado a las hipótesis de valoración de los participantes en ese momento.
Las empresas también tendrán que considerar la posibilidad de hacer las declaraciones conexas que razonablemente se pueda esperar que influyan en las decisiones que los usuarios de los estados financieros para fines generales tomen sobre la base de esos estados financieros. La divulgación puede ser necesaria para que los usuarios puedan comprender si el brote se ha considerado o no a los efectos de la FVM. Los usuarios deben comprender la base para seleccionar los supuestos y los insumos que se utilizaron y las sensibilidades conexas.
5. Asistencia gubernamental e impuesto sobre la renta
Parte de la respuesta de los gobiernos al brote de coronavirus ha consistido en introducir medidas de apoyo a las distintas industrias junto con paquetes de estímulo económico más amplios. Esas medidas incluyen subvenciones directas, exenciones fiscales, reducciones y créditos fiscales, ampliación del período de vencimiento de las pérdidas fiscales no utilizadas, reducción de los gravámenes públicos, reducción o aplazamiento de los alquileres y préstamos a bajo interés.
Todo esto tendrá repercusiones en la presentación de informes financieros. Las medidas de mitigación pueden entrar en el ámbito de aplicación de las normas sobre el impuesto sobre la renta, las subvenciones gubernamentales, los arrendamientos o los instrumentos financieros y la contabilidad puede ser diferente en cada caso.
Un factor importante que debe considerarse al contabilizar las consecuencias del impuesto sobre la renta es si el gobierno en cuestión ha promulgado sustancialmente la ley pertinente. Las empresas tendrán que determinar si los cambios en las tasas y leyes tributarias se promulgaron sustancialmente a partir de la fecha de presentación del informe. Es necesario evaluar las características de cualquier reducción o rebaja de impuestos para determinar si deben contabilizarse como una reducción de los gastos del impuesto sobre la renta o la recepción de una subvención del gobierno.
La difusión oportuna y significativa de los posibles efectos en la situación financiera, el rendimiento y la viabilidad de la empresa, así como las medidas adoptadas para gestionar los riesgos, son importantes para recuperar la confianza.
Recuperar la confianza en tiempos turbulentos
Estamos viviendo en tiempos sin precedentes a escala mundial. La divulgación oportuna y significativa del efecto potencial sobre la posición financiera, el rendimiento y la viabilidad de la empresa, así como las medidas adoptadas para gestionar los riesgos, son importantes para recuperar la confianza. La presentación de informes financieros puede desempeñar un papel importante en la comunicación entre las empresas y sus interesados en este período turbulento.
Resumen
Las empresas deben monitorear los efectos actuales y potenciales que el nuevo coronavirus (COVID-19) tendrá en sus informes financieros. La difusión oportuna y significativa de los posibles efectos en la situación financiera, el rendimiento y la viabilidad de la empresa, así como las medidas adoptadas para gestionar los riesgos, son importantes para recuperar la confianza. Cinco cuestiones serán prioritarias: empresa en funcionamiento y liquidez; evaluación del deterioro; modificaciones de los contratos; medición del valor razonable; y asistencia gubernamental e impuesto sobre la renta.