economia circular

Economía circular: crecimiento y rentabilidad sostenible

Temas relacionados

Al margen de su impacto en la batalla contra la emergencia climática y el camino hacia la sostenibilidad, la economía circular permite a las empresas afrontar las problemáticas actuales de riesgos de suministro, nuevas exigencias de clientes y la continua evolución regulatoria.

En un mundo de volatilidad, incertidumbre, sujeto a múltiples presiones que afectan a la cadena de suministro, y combinado con la imperiosa emergencia climática, conlleva que las organizaciones deban buscar mecanismos para mantener la resiliencia y rentabilidad satisfaciendo a todos los grupos de interés. Adoptar una estrategia de economía circular podría ser la solución, permitiendo además contribuir a los esfuerzos de la sociedad entorno a la descarbonización.

Para ello, tanto a nivel europeo como en cada país están aumentando los esfuerzos en materia de sostenibilidad, mediante el desarrollo de planes y regulaciones con el objetivo de impulsar la transición desde una economía lineal hacia una economía circular. Los beneficios demostrados de la “circularidad” trascienden a la responsabilidad corporativa, también generando rentabilidad económica y valor de marca. La economía circular proporciona a las empresas un sinfín de oportunidades aún sin explotar entre las que destacan la innovación de nuevos modelos de negocio, el fortalecimiento de la propuesta de valor, la disminución de la dependencia de terceros, entre otros que redundan en el incremento de la satisfacción de clientes.

Pasar a un modelo de estrategia circular requiere un cambio transversal y holístico en toda la empresa, para lo que se proponen seis ejes de actuación como guías clave para que las organizaciones en su viaje hacia la circularidad exploten todas las oportunidades inherentes de la economía circular.

1

Introducción

La tormenta perfecta para la economía circular para lograr ser una organización data centric

En este capítulo vamos a explicar los conceptos más relevantes asociados al cambio climático.

Hoy en día, las empresas buscan activamente reinventarse con nuevas propuestas de valor que les permitan mejorar su posicionamiento competitivo, generar nuevos modelos de negocio, e impulsar su valor de marca. El contexto no solo acompaña, si no que obliga a ello, considerando la alta volatilidad geopolítica, las múltiples crisis de suministro de materias primas y energía, la subyacente subida de precios o incluso la emergencia sanitaria reciente.

Aunque las mencionadas tensiones parecen ser las más acuciantes, el calentamiento global y sus graves consecuencias sobre el entorno social y empresarial no han perdido gravedad. Por lo tanto, para dar respuesta a la actual emergencia climática es de suma importancia desarrollar estrategias y acciones de impacto ambiental positivo. La presión para ser más sostenibles en España se hace realmente patente si se tiene en cuenta que, con la población actual, necesitaríamos 2,8 planetas para sobrevivir si cada persona del mundo consumiera tanto como una persona media en España [1].

Adicionalmente, teniendo en cuenta que se consumen recursos naturales a un ritmo superior del que la naturaleza puede generarlos, la urgencia de actuación y la importancia incrementan por lo que los países buscan reposicionar su estrategia de suministro. Transformar los modelos de economía lineal a modelos de economía circular pueden ser parte relevante de la respuesta.

En 2019, la Comisión Europea presentó un plan integral para afrontar el avance del cambio climático en diversos ámbitos de actuación, denominado Pacto Verde Europeo, incluyendo algunos objetivos como la neutralidad climática europea para 2050. Tras la presentación de dicho plan, se sucedieron una serie de planes y acuerdos, de los que destaca el Plan de Acción para la Economía Circular, en el cual se incluyó un anexo con 54 medidas de desarrollo en los ámbitos de la producción, el consumo, la gestión de residuos, y el mercado secundario de materias primas. La transición a una economía circular, en la cual el valor de los productos y los materiales se mantenga en la economía durante el mayor tiempo posible, a la par que se minimiza la generación de residuos, constituye una contribución esencial a los esfuerzos de la UE encaminados a lograr una economía sostenible y eficiente, generando nuevas ventajas competitivas para Europa.

Alineado con los planes europeos de transición, a principios de junio de 2020 el Gobierno español publicó “España Circular 2030”, la nueva Estrategia para la Economía Circular en España hasta 2030. Dicha estrategia establece una serie de objetivos que buscan principalmente la reducción del 30% del consumo nacional de recursos y del 15% de la generación de residuos (en comparación con 2010).

La Estrategia de Economía Circular se configura como elemento clave para avanzar hacia la consecución de varios ODS de la Agenda 2030 europea en España, en concreto, el objetivo 12º, que persigue garantizar modalidades sostenibles de consumo y producción. Este contexto europeo y global, y dada la importancia política, económica y social de nuestro país, la Estrategia de Economía Circular, “España Circular 2030”, representa el marco estratégico y de actuación imprescindible para facilitar y promover la transición hacia la economía circular en España a partir de la colaboración entre las administraciones, el sector productivo y la sociedad.

Según un reciente informe de la Fundación COTEC [2], en la última década, la cantidad de residuos reciclados en la UE ha ido aumentando, pasando de una tasa de reciclaje del 27% al 48% en 2019. En el caso español, cuya economía genera en torno a 137,8 millones de toneladas de residuos, los niveles de reciclado se sitúan todavía muy por debajo de los niveles de la UE y del resto de las principales economías europeas. España registra valores inferiores en comparación con la media de la UE, con una tasa de reciclado del 35% que supone el incumplimiento del objetivo marcado por la Comisión Europea para 2020, y nos sitúa por debajo de la media de la UE-27 (48%), lejos del 67% de Alemania y del nuevo objetivo para el año 2025, en el que los países europeos deberían reciclar el 55% de los residuos generados.

El volumen total de residuos depositados en vertederos ha disminuido en las últimas décadas en un 50% en toda la UE, pero, por el contrario, ha supuesto un incremento en la incineración de residuos como principal método de tratamiento, pasando de un 16% al 27%. Sin embargo, en España, el vertido de residuos es la principal vía de tratamiento, siendo el destino del 54% de los residuos en el 2019, bastante superior a la media europea.

La economía circular ofrece a España un sinfín de oportunidades rentables aún sin explotar entre las que destacan un aumento de la productividad, disminución de la dependencia de terceros y del desperdicio de materiales. Por ello, las empresas comienzan a establecer estrategias de sostenibilidad, en vistas a capturar los beneficios que conlleva la economía circular, no solo de reducción de costes, sino también mejora de imagen de marca, generando una ventaja competitiva ya que cada vez más consumidores están escogiendo marcas que avancen en materia de sostenibilidad.

2

Capítulo 2

Factores que impulsan la economía circular

Cómo responde la economía circular a las necesidades de reguladores, consumidores y otros stakeholders.

Los reguladores europeos y españoles están elaborando diversas leyes y directivas para garantizar el cumplimiento de los objetivos de neutralidad de carbono. A nivel europeo, se ha acordado una nueva normativa para prohibir los plásticos de un solo uso y se ha aprobado el arancel de emisiones de carbono a las importaciones que se impondrá en Europa a partir del 2023, con el objetivo de fomentar el consumo del producto europeo y no ir al mercado global en busca de menores precios. Adicionalmente, se exige a las empresas que construyan cada vez más estructuras y estrategias relacionadas con la ESG e informen de ellas con transparencia.

Aunque no existe una ley de transparencia para empresas privadas en España, la Ley 19/2013 de Transparencia, acceso a la información pública y buen gobierno, se contemplan un conjunto de criterios que obligan a las empresas privadas a cumplir con ella. Esto no solo implica que las empresas se ven obligadas a rediseñar procesos, sino que las partes interesadas obtienen una mayor visibilidad de las operaciones y cadenas de suministro de las empresas. También significa que estos últimos disponen de más información para decidir si una empresa merece o no su apoyo continuado. Dicho de otro modo: si las organizaciones no se adaptan y no evolucionan a modelos más sostenibles, se enfrentarán a un grave riesgo de perder el "apoyo" financiero, de suministro, de colaboración, de inversión y de consumo de los distintos grupos de interés. Cabe destacar que el índice de consumidores del futuro de EY indica que el 70% de los consumidores considera que las empresas deben ser transparentes respecto a su impacto medioambiental y que el 57% de los consumidores presta más atención al impacto ambiental de lo que compra.

A este respecto, es importante añadir que estos requisitos no se centran únicamente en las grandes empresas, sino también en las PYME. Por un lado, el regulador está adoptando un enfoque holístico e incluye a las empresas más pequeñas en su normativa. Por otro, las PYME se enfrentan a una presión indirecta, especialmente cuando venden bienes y servicios a empresas de gran capitalización.

Otro ingrediente del cóctel de factores externos que afectan a las empresas es el comportamiento cambiante y las exigencias de los clientes. El informe Future Consumer Index de EY indica que el 56% de los 18.000 consumidores encuestados prestan atención al impacto ambiental que causan con su comportamiento de consumo [3]. Mientras tanto, la inflación y la correlativa pérdida de poder adquisitivo llevan a los consumidores a comprar alternativas más baratas. Los consumidores vuelven a centrarse en productos y servicios esenciales. Teniendo en cuenta estos aspectos, se produce un campo potencial de tensión, ya que hasta la fecha los productos sostenibles son en su mayoría productos más caros que las alternativas menos sostenibles. Por lo tanto, las empresas tienen que decidir qué alternativas ofrecer a corto plazo. La sostenibilidad en productos y servicios no puede generarse a costa de un mayor precio para el consumidor.

3

Capítulo 3

La circular en el punto de mira

Qué significa la economía circular y cómo pueden aprovechar las empresas las nuevas oportunidades.

Tal y como señala el artículo “How will circularity enable a 360° approach?” de Marc Hetzer y Stephan Hirschi de EY Suiza, observamos una megatendencia actual hacia la economía circular, que ofrece oportunidades de gran alcance para las empresas, la economía y la sociedad en su conjunto. Este tipo de modelo de negocio o ecosistema permite a las empresas y a sus socios de la cadena de valor crear procesos circulares, abandonando así el desventajoso enfoque de "take-do-waste". Uno de los factores clave, desde nuestra perspectiva, es no desligar el despliegue de modelos circulares de la rentabilidad del negocio. Es posible crear rentabilidad económica y valor de marca al mismo tiempo de introducir enfoques sostenibles en la cadena de valor.

El gráfico anterior muestra el proceso de cierre del bucle de la cadena de suministro. Un análisis de las diferencias entre una cadena de suministro convencional y una circular revela enormes implicaciones medioambientales y económicas cuando se adopta la nueva realidad.

Principalmente, se producen ventajas en la esfera medioambiental de una empresa. Cerrar el bucle requiere que los socios de la cadena de suministro maximicen las posibilidades de reparar, renovar, mejorar o reciclar productos y materiales para disminuir el uso de materias primas, reducir los residuos y disminuir las emisiones de CO2[4]. Teniendo en cuenta que la economía española genera en torno a 140 millones de toneladas de residuos al año, los modelos de negocio circulares podrían reducir radicalmente éstas cifras[5].

Además de los aspectos sostenibles de la economía circular, las empresas tienen una gran oportunidad de aumentar sus beneficios a largo plazo.

  • Rentabilidad

Al mantener los materiales en el circuito y disminuir la entrada de materias primas vírgenes, pueden reducirse los costes generales de compra, y/o la exposición a la volatilidad del mercado de materias primas, lo que compensará los costes de inversión iniciales.

  • Nuevas fuentes de ingresos

Las empresas pueden descubrir oportunidades de recuperación de recursos, así como de productos, y pueden revender determinados productos o materiales.

  • Nuevos modelos de negocio

Los nuevos modelos de negocio pueden, por ejemplo, introducir el sistema de "pagar por usar" en lugar de "pagar por tener", lo que puede aprovecharse para aumentar las ventas o la fidelización de los clientes.

Junto a estos aspectos, aumenta la probabilidad de cumplir las expectativas y la satisfacción del cliente.

4

Capítulo 4

Mitigación de los factores de impacto negativos

Cómo los modelos de negocio circulares abordan algunos de los grandes retos actuales.

Revisando los factores de impacto negativo sobre las empresas comentados al principio de este artículo, las estrategias empresariales circulares ofrecen una oportunidad atractiva para que las empresas alivien o incluso sorteen las posibles presiones. El valor generado al adaptar una estrategia de economía circular va más allá de la reducción de costes y por tanto un mayor beneficio. A nivel operativo se impactan factores como el aumento del tiempo de vida de los productos, la reducción de los residuos o el empleo de tecnologías más eficientes. Adaptar hojas de ruta de sostenibilidad conlleva una ventaja competitiva que puede diferenciar a las empresas de sus competidores, lo que permite ganar cuota de mercado y crecer su negocio. En otras palabras, las empresas pueden beneficiarse económicamente en su camino hacia la circularidad.

Observamos que las empresas que adoptan vías circulares se benefician de la creciente desglobalización y de una mayor resiliencia de la cadena de suministro. Al mantener los materiales en el circuito y aprovechar a los proveedores "locales", las empresas dependen menos de la importación, que puede estar sujeta a nuevas tensiones geopolíticas como invasiones, guerras comerciales, políticas pandémicas o acontecimientos inesperados como la escasez de chips o el bloqueo del Canal de Suez. Las organizaciones pueden reducir el uso de materias primas, aumentar la estabilidad de su oferta de productos y satisfacer la demanda de los clientes de productos sostenibles de origen local, lo que supone una nueva propuesta de valor. Es una situación en la que todos salen ganando: las empresas mitigan la volatilidad de los suministros de materiales, aumentan la satisfacción del cliente y mejoran los márgenes.

Partiendo de esta base, las nuevas normativas y divulgaciones sobre ESG juegan a favor de las empresas. Al implantar modelos de negocio circulares, las empresas se alinearán a la estrategia que publicó el Gobierno español “España Circular 2030”, la cual refuerza el compromiso de España en lo que respecta a materias de sostenibilidad y de economía circular. Visto desde esta perspectiva, los informes de sostenibilidad, las etiquetas de los productos y los requisitos de comercialización no son un mal necesario, sino una herramienta preferente para comunicar las actividades de la organización. Especialmente cuando los competidores no adoptan estrategias empresariales circulares y más sostenibles, una organización puede asegurarse una posición única y de liderazgo. Simplemente con transparencia e informando sobre lo que están haciendo tanto a nivel estratégico como operativo, teniendo en cuenta también los objetivos fijados por los países.

5

Capítulo 5

Seis guías clave para la economía circular

Cómo pueden las empresas empezar a incorporar la circularidad a su modelo de negocio.

Para el despliegue de acciones circulares la mayoría de las empresas tratan de recortar las necesidades de materiales, reducir el impacto medioambiental negativo de los procesos de producción y ampliar la vida útil de la infraestructura de producción interna [7].

Pasar a un modelo de negocio circular requiere un cambio de toda la empresa: nuevas estrategias corporativas, modelos operativos ajustados, gestión de datos ampliada, nuevos modelos de medición del rendimiento, cadenas de suministro rediseñadas, así como funciones logísticas y procesos de contratación de talento. Para implantar con éxito la circularidad no existe una solución única. Sin embargo, algunos aspectos pueden servir como guías clave.

Proponemos seis puntos de partida para que su organización reflexione sobre lo que la economía circular podría hacer por su negocio:

  • Incluir la circularidad a la estrategia empresarial

En el mundo actual, la sostenibilidad , en particular, la economía circular, ocupa un lugar prioritario en las agendas de las empresas. Las compañías que aplican una estrategia de sostenibilidad como parte de su estrategia corporativa se benefician de una ventaja competitiva gracias a la mejora de su reputación, la reducción del consumo de recursos y las ventajas financieras.

Cualquier cambio en el modelo de negocio suele ir acompañado de un cambio en la estrategia corporativa. Dado que la economía circular es aplicable a todas las funciones de una empresa, desde la cadena de suministro y las operaciones hasta las finanzas o la gestión del talento, debe integrarse en todas y cada una de las funciones empresariales.

Al principio, los cambios pueden provocar resistencia entre las partes interesadas de la empresa, sobre todo porque la economía circular se asocia a la complejidad. Además, los cambios estratégicos suelen estar vinculados a determinados periodos de tiempo (por ejemplo, de tres a cinco años). El calendario puede ser clave para reducir el estrés de tener que aplicarlo todo a la vez, así como una buena gestión del cambio.

  • Alinearse con su visión circular

La alineación interna entre las distintas áreas funcionales de una empresa es clave para la aplicación de una transición circular holística. Sin una visión clara y la implicación transversal en el proceso de innovación de la circularidad, los resultados pueden no ajustarse a las expectativas. Por lo tanto, una visión que sea comprendida y apoyada por las áreas involucradas y que tenga un claro beneficio económico, medioambiental y social, así como un impacto positivo global, es clave.

Además, los objetivos a largo plazo son más difíciles de comprender que los objetivos a corto plazo que provocan una sensación de logro. Al iniciar el camino de la circularidad, es fundamental fijar hitos para seguir los avances y mantener la motivación por el logro.

  • Mejorar la transparencia y trazabilidad de la cadena de suministro

Es vital tener transparencia y trazabilidad dentro de las propias operaciones y cadenas de suministro de la empresa. Aplicar una economía circular significa estructurar cadenas de suministro circulares en consonancia con los criterios ESG. Hoy en día, las cadenas de suministro son muy complejas y están dispersas por todo el mundo, lo que dificulta a las empresas identificar de dónde proceden los subcomponentes de los productos. Sin embargo, las cadenas de suministro circulares deben ser transparentes y los productos deben ser trazables.

La transparencia y la trazabilidad fomentan la creación de valor sostenible porque permiten conocer el origen de los materiales y productos y, a su vez, el valor que de otro modo se perdería. Además, este enfoque revela dónde pueden producirse posibles riesgos ESG a lo largo de las cadenas de suministro, lo que permite a las empresas poner en marcha acciones de mitigación.

Para hacer realidad la transparencia y la trazabilidad, se necesitan tecnologías de apoyo. Hasta ahora, es difícil gestionar la circularidad a través de los sistemas ERP existentes, ya que no están diseñados para permitir un desglose analítico sencillo de los modelos de negocio circulares. Además, los esquemas contables y operativos actuales se construyeron sobre la base de las exigencias de una economía lineal. Con tecnologías de apoyo como blockchain o los gemelos digitales, es posible obtener la información necesaria y adaptar los procesos mencionados a los requisitos de una economía circular.

  • Investigar modelos de negocio rentables considerando a todos los involucrados

Está claro que los modelos empresariales circulares tienen fuertes efectos secundarios positivos para el medio ambiente, como la menor necesidad de extracción de recursos naturales y de eliminación de residuos, pero la economía circular también es rentable.

Al reducir la generación de residuos, las empresas contribuyen positivamente a reducir los costes externos soportados por la sociedad, a la vez que reducen sus riesgos de aumento de costes futuros por la creciente tendencia de traslado de dichas externalidades a sus generadores a través de nuevos impuestos y tasas.

Si nos fijamos en otro componente económico de la economía circular, los modelos de producto como servicio pueden ser interesantes de explorar. Al conservar la propiedad de los productos y limitarse a alquilarlos, el fabricante puede recuperar las materias primas fabricadas al final de la vida útil del producto. De este modo, la vida útil puede aumentar aún más, lo que también se traduce en una mayor facturación si el producto puede alquilarse durante más tiempo.

Las necesidades de las partes interesadas también deben tenerse en cuenta a través de la orientación al cliente. Este es especialmente el caso cuando se trata del uso que hacen los consumidores de los productos, y de cómo pueden iniciarse cambios de comportamiento cuando los consumidores no están dispuestos a cambiar. Hay que centrarse en educar a los consumidores en que los productos (y por tanto los materiales) no son residuos al final de su uso, sino recursos valiosos que deben transformarse. Esto debe hacerse en cooperación con los reguladores.

  • Lanzar proyectos piloto de economía circular con agilidad

Un buen punto de partida para la implantación de la economía circular es establecer proyectos piloto. Esto permite elaborar un argumento comercial, validando las hipótesis económicas de los modelos circulares. El hecho de que la economía circular tenga un aspecto rentable positivo suele ayudar a convencer a determinadas partes interesadas.

Los proyectos piloto de economía circular podrían incluir el rediseño de un producto clave específico y el establecimiento de un nuevo modelo empresarial. Además, también podría incluir el análisis de los flujos de los residuos o la selección de alguno para redirigirlo como recurso para otros agentes locales.

  • Escalar utilizando ecosistema de partners y colaboradores

Para llevar la transformación circular al siguiente nivel, es necesario ampliar los esfuerzos. La forma más eficaz y eficiente de hacerlo es colaborar con socios a lo largo de las cadenas de valor: proveedores aguas arriba y abajo, distribuidores, institutos de investigación, aceleradores de startups, organismos gubernamentales, comunidades industriales, así como proveedores de tecnología.

Trabajar en equipo y construir un ecosistema adecuado es clave para hacer posible la transformación circular. Las nuevas partes interesadas pueden contribuir y, al mismo tiempo, beneficiarse de la transformación hacia la circularidad.

Más información:“How will circularity enable a 360° approach?” de Marc Hetzer y Stephan Hirschi de EY Suiza.

Resumen

En la situación actual, las organizaciones deben buscar formas nuevas y sostenibles de seguir siendo resistentes y rentables. La economía circular permite a las empresas mitigar los riesgos al alinear las demandas económicas con los requisitos sostenibles. Adoptar la economía circular también será una contribución importante a los esfuerzos de la sociedad para abordar los desafíos urgentes del cambio climático. Las empresas españolas deberían comenzar a prepararse para implementar una estrategia circular: para mejores negocios, un cumplimiento ESG más fácil y partes interesadas más felices.

Acerca de este artículo