Se recomienda seguir un enfoque human-in-the-loop, donde se entregue información a los colaboradores humanos para que sean ellos quienes tomen las decisiones finales, especialmente en situaciones que puedan afectar la vida de las personas.
La pospandemia ha acelerado la transformación digital de las empresas y en el sector en el que operamos enfrentamos retos específicos. No se trata solo de la demanda potencial, sino de aspectos como la disponibilidad de talento especializado, la madurez en el gobierno de datos y la creación de casos de uso confiables para la IA. Las cifras muestran la magnitud de estos desafíos:
1. Por cada profesional de IA en nuestra región hoy, en 2025 se necesitarán siete.
2. El 78% de las grandes corporaciones ya cuentan con programas de gobierno y democratización de datos.
3. Solo el 9% de los consumidores hispanoamericanos permitirían que la IA ejecute sus finanzas, y solo el 4% confiaría en su trabajo autónomo en recursos humanos.
La inteligencia artificial es una poderosa herramienta para impulsar el crecimiento empresarial y mejorar la productividad. No obstante, para aprovechar al máximo su potencial, es esencial abordar los riesgos y desafíos asociados de manera ética y responsable. En este contexto, un enfoque centrado en el ser humano y un marco regulatorio claro son fundamentales para proteger los valores fundamentales de la sociedad.