Dar un giro a su proceso de turnaround
El tiempo es dinero, y en ninguna parte es más cierto que en el caso de los cambios en las empresas químicas y las refinerías. Esos proyectos de mantenimiento y reparación programados, que pueden costar de millones de dólares a cientos de millones de dólares, a menudo toman mucho más tiempo y cuestan mucho más de lo presupuestado originalmente, según la investigación de EY.
Turnarounds: a menudo con retraso y por encima del presupuesto
Los proyectos de turnaround tienen distintas complejidades y costos, pero los inversores esperan que las empresas químicas y las refinerías completen esos proyectos a tiempo y dentro del presupuesto. Más allá de las expectativas de los inversores, otras dos fuerzas del mercado actual — un mercado global con exceso de oferta y la pandemia de COVID-19 — hacen aún más urgente la necesidad de mejorar los resultados del turnaround.
El reciente auge de la construcción de algunos tipos de plantas de procesamiento químico ha provocado un exceso de oferta en el mercado global que ha reducido los márgenes de muchos productos. COVID-19, además de provocar un fuerte descenso de la demanda de productos químicos y de petróleo refinado, ha impedido sentarse en una sala de control y conferenciar, con los ingenieros de la planta, los operarios y los gestores del presupuesto, para debatir el programa de turnaround.
Para las empresas que no han automatizado o digitalizado su proceso de turnaround, la pérdida de la interacción de persona a persona puede llevar a que el turnaround se complete con retraso y por encima del presupuesto. Un estudio de EY ha demostrado que en los grandes y complejos proyectos de capital de las empresas energéticas, incluido el segmento del refinado de petróleo, el 73% de los proyectos iban con retraso; el 64% se enfrentaba a sobrecostos, y los costos estimados de finalización estaban un 59% por encima de la estimación inicial.
Esto pone de manifiesto que el proyecto de turnaround que llega a tiempo y dentro del presupuesto sigue siendo la excepción, no la regla.
Es fácil comprender por qué tantos proyectos de turnaround fracasan. Se puede tardar hasta dos años en planificar y programar un turnaround que dure entre 6 y 12 semanas. La mejora de los turnarounds requiere un alto nivel de coordinación y una ejecución impecable de numerosos pasos. (Véase el gráfico 1).