Comienzo a escribir estas líneas en medio de la emoción de ganar el Mundial de Fútbol. Confieso que, como hincha, no tengo conocimientos para juzgar la táctica ni destreza futbolística. Pero como apasionada de la gestión en las organizaciones, puedo concluir que este mundial se ganó no solo con "Talento Futbolístico", también con "Talento Humano". La Selección argentina nos deja más que en evidencia muchas de "las mejores prácticas", que podrían encuadrarse en un manual de Gestión de Talento. Parecen lugares comunes, pero no siempre se ven reflejados en nuestros ámbitos de acción como líderes o miembros de organizaciones.
Más allá de lo que personalmente este tema nos convoca, me parece oportuno conectarlo con una reciente investigación de EY, en colaboración con Oxford Saïd Business School, la cual nos arroja que tanto los líderes como los equipos atraviesan "trayectos emocionales" que son determinantes a la hora de conseguir los resultados deseados.
En esta investigación identificamos una serie de impulsores clave para gestionar los trayectos emocionales que, combinados, son la fórmula para aumentar drásticamente - en hasta 2,6 veces - las tasas de éxito. Repasémoslos en esta hazaña mundialista.
Inspirar con Propósito: "El Sueño". Messi nos lo explicó en sus palabras: "Siempre tuve el sueño de ser Campeón del Mundo y no quería dejar de intentarlo, aun sabiendo que quizá nunca se daría". Este no era solo un sueño personal, era un sueño con un sentido que congregaba a todos.
Está claro en las palabras de Scaloni "Lo importante es que los chicos entiendan qué camiseta llevan puesta", que el propósito era representar y darlo todo por la Argentina y para la felicidad de la gente, por el orgullo de un país futbolístico. ¿Cuántos equipos tienen objetivos sin una conexión significativa con cada miembro?, ¿Sabemos qué piensa y como se siente cada persona dentro del equipo respecto al sentido de su trabajo, sus metas?, ¿para qué lo hace y cómo le impacta a él o ella?, ¿Cómo lo inspiramos y ayudamos a conectar?
Liderar y empoderar
La selección nos exhibe la paradoja del liderazgo: lo indelegable y lo compartido que es al mismo tiempo. No hay dudas del rol de liderazgo de Scaloni y la indelegable responsabilidad como técnico, como dijo De Paul, "Scaloni fue artífice de entender que tenía que armar un rompecabezas", pero al mismo tiempo debía, potenciar y alinearse en un ida y vuelta con el liderazgo de un Capitán como Messi, con la capacidad de empoderar a un equipo entero.
Asimismo, hay que destacar otro punto sumamente relevante en contextos complejos: el líder tiene que actuar con humildad escuchando distintas perspectivas. La investigación arroja que las organizaciones con mejor desempeño tienen líderes que escuchan a las nuevas generaciones casi el doble de lo que lo hacen las de menor rendimiento. No hay duda del rol que tuvieron los jugadores más jóvenes, incluso quienes llegaron como suplentes y terminaron siendo claves para el equipo, aportando nuevas capacidades. ¿Si nos toca liderar, cómo logramos amalgamar nuestro liderazgo con el de los miembros del equipo?
Construir y cuidar
Construir las condiciones para poder ser exitosos implica trabajo constante, en los buenos y en los malos momentos. Saber conseguir los primeros éxitos que nos muestren que es posible y también gestionar los fracasos, cuidando más que nunca la moral para ser resilientes y volver al eje. "No me gusta acordarme de las cosas buenas ni malas. Me pone mal. Lo que pasó, pasó, y cuando se gana perfecto; pero al otro día hay que seguir. No sirvo para relajarme y ponerme a pensar en lo que hicimos. La vida es un continuo mejorar y seguir, vaya bien o mal" (Scaloni dixit).
¿Cuánto cuidado le otorgamos a las emociones del equipo en los momentos más críticos? ¿Cuánto invertimos en justificar los errores, en lugar de cuidar, aprender y seguir mejorando?
Colaborar
La colaboración funciona con el correcto balance de Responsabilidad y Servicio. Apropiarse por el rol que a cada uno le toca y estar al servicio del conjunto. Los minutos más tensos nos mostraron que necesitamos de un gran arquero, tremendos defensores y delanteros, los titulares y los suplentes. Sabiendo que el brillo de ninguno opaca el del otro y que a su vez el conjunto es responsable también de apoyar a los que fallan.
Messi lo expresó: "El mérito es de este grupo que está por encima de todas las individualidades, es la fuerza de todos peleando por un mismo sueño que era el de todos los argentinos". ¿La cultura de la organización fomenta la colaboración o las individualidades?
Mi pasión es descubrir cómo liberar el potencial humano en las organizaciones, cómo las personas podemos sacar nuestra mejor versión y hacer juntos el mejor equipo. "La Scaloneta" dio una clase magistral al respecto.