En definitiva, los Millennials emergen de la investigación como uno de los grupos de clientes más complejos, importantes y exigentes para que los gestores de patrimonio entiendan y sirvan.
Por el lado positivo, la necesidad de los Millennials de recibir asesoramiento y apoyo de alta calidad durante décadas representa una enorme oportunidad potencial para los gestores de patrimonio capaces de satisfacer sus necesidades. Sin embargo, es probable que a las empresas les resulte cada vez más difícil conciliar el deseo de los Millennials de recibir un asesoramiento cada vez más especializado con su tendencia a repartir sus activos entre distintos proveedores y su sensibilidad a los precios. Por ejemplo, a esta cohorte le preocupan más (66 %) que al cliente medio (54 %) los costos ocultos.
Además, la investigación muestra que el éxito a largo plazo con este grupo de clientes dependerá de la capacidad de los gerentes de patrimonio para construir una imagen sofisticada de la mentalidad y los rasgos de comportamiento de los inversores individuales.
Una mirada más cercana a los comportamientos de inversión de Millennials muestra que esta generación demuestra un mayor nivel de sensibilidad, aunado a una marcada falta de previsibilidad. Los Millennials parecen reaccionar fuerte — e inconsistentemente — ante la volatilidad. No menos del 50 % de esta generación (frente al 34 % de todos los clientes) reaccionó a los recientes choques del mercado al trasladar el capital a ahorros y depósitos. Sin embargo, la volatilidad también impulsó al 47 % de los Millennials a aumentar sus asignaciones a inversiones administradas activamente (en comparación con 34 % de todos los clientes).
Esto sugiere que los gestores de patrimonio tienen un papel crucial que desempeñar al proporcionar a los inversionistas más jóvenes una mano firme. Las empresas no solo necesitan ofrecer asesoramiento y orientación, sino educar activamente a los Millennials en temas como el establecimiento de metas, el apetito por el riesgo y la diversificación.
También será esencial fomentar comportamientos de inversión que optimicen los resultados a largo plazo. Esto podría implicar el fomento de rasgos positivos – como la voluntad de adoptar nuevos productos – a la vez que se moderan los impulsos menos productivos, como reaccionar de forma exagerada ante las correcciones del mercado.
La buena noticia para los gestores de patrimonio es que los Millennials están más abiertos que otras cohortes a compartir sus datos transaccionales, perfiles de redes sociales e incluso ubicaciones GPS con proveedores a cambio de una mayor personalización. A pesar de su comodidad con los canales digitales, los Millennials también valoran la capacidad de discutir los asuntos con un asesor – ya sea virtualmente o en persona.