EY se refiere a la organización global, y puede referirse a una o más, de las firmas miembro de Ernst & Young Global Limited, cada una de las cuales es una entidad legal independiente. Ernst & Young Global Limited, una compañía británica limitada por garantía, no brinda servicios a los clientes.
En los últimos años, los llamamientos a una distribución y un consumo de energía más inteligentes han fluido con renovada urgencia. La incertidumbre geopolítica en torno a las fuentes de petróleo crudo y gas natural ha impulsado las agendas diplomáticas y la planificación del bienestar interno, además de ejercer una mayor presión sobre los presupuestos de los hogares y el sector privado.
El análisis de la OCDE muestra que varios países europeos han anunciado o implementado paquetes de apoyo de hasta el 2 % del PIB para amortiguar los altos precios de la energía y los costos de los alimentos, con un 66 % de ayuda destinada a los precios, y casi toda no dirigida a objetivos. Tales medidas para reducir los precios tienden a apoyar la demanda, en lugar de frenarla, lo que puede manejar situaciones agudas sin ayudar a largo plazo.
El éxito de cualquier verdadera transformación de la industria energética, como lo es para el mundo, depende de encontrar las palancas de sostenibilidad cuyos efectos se propaguen mucho más allá de los eventos de mercado únicos o incluso cíclicos. Esto incluye salvaguardar e invertir en una fuerza laboral que tenga las habilidades ahora y pueda adquirir las habilidades necesarias más adelante.
La sostenibilidad es una preocupación y una oportunidad para todas las personas.
El período previo a la conferencia sobre el clima COP27 reflejó los conocidos llamamientos a la adopción de medidas audaces para combatir los innumerables desafíos del cambio climático, y ya se están realizando grandes inversiones para la transición energética. En 2022, la Agencia Internacional de la Energía (IEA, por sus siglas en inglés) estimó que se invertirían 1,4 billones de dólares en energías limpias, lo que representa más de tres cuartas partes del crecimiento de la inversión energética general.
Pero los esfuerzos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero para lograr cero emisiones netas para 2050 requerirán mucho más. El análisis de la IEA concluyó que las inversiones anuales en energía limpia tendrían que alcanzar los 4 billones de dólares para 2030 para cumplir con esos objetivos, y que habría que redistribuir capital sustancial de las industrias de combustibles fósiles a favor de la energía renovable. El capital que antes se destinaba a los yacimientos petrolíferos se ha invertido, y se destinará cada vez más, a molinos de viento, paneles solares y plantas de producción de hidrógeno verde.
Esas inversiones no sólo se harán en forma de activos, sino también en la formación, reequipamiento y reorganización de la fuerza laboral de las compañías.