La mayor parte de la plata se produce como subproducto y solo el 27% proviene de las minas de plata primaria. En 2020, las minas de zinc-plomo produjeron la mayor parte del 32% correspondiente a la producción² total de plata; sin embargo, en los últimos años el precio promedio de los metales básicos —incluidos el zinc-plomo, el oro y el cobre— disminuyó, obligando a las minas marginales a cerrar sus operaciones. La producción de plata que dependía en gran medida de los metales básicos enfrentó una mayor presión para mantener la rentabilidad.
La producción de plata primaria también fue moderada debido a los menores precios de los últimos años. Entre el 2014 y el 2019, la producción minera total disminuyó un 1,12% para llegar a 833,2 millones de onzas (oz). Los precios más bajos que los habituales para incentivar el desarrollo de nuevos proyectos afectaron los presupuestos de exploración, lo que provocó un crecimiento plano de las reservas durante la última década. Después de una breve tendencia alcista durante el 2011 y el 2012, cuando el precio de la plata subió, las actividades de inversión se mantuvieron moderadas ya que el precio promedio cayó de USD 34 por oz a USD 18 por oz.
No obstante, el COVID-19 ha impulsado un enfoque renovado sobre la producción de plata. Los elevados precios y la mejora de los balances de todas las mineras no ferrosas están indicando una oportunidad para asignar un mayor capital de riesgo a los presupuestos de exploración y trabajar para añadir nuevas reservas a las empresas mineras, las cuales están buscando oportunidades de fusiones y adquisiciones para activos en etapa inicial, ya que los precios más altos han inflado su valoración. Históricamente se ha prestado atención al metal base para determinar el valor de la operación, pero ahora las empresas mineras consideran cada vez más a la plata como coproducto para calibrar el valor intrínseco de los activos de una mina.
Estas organizaciones también están considerando la posibilidad de realizar operaciones de cese de activos con potencial para alcanzar una mayor viabilidad económica en el área de reserva general. Por ejemplo, GR Silver Mining concluyó la adquisición de Marlin Gold Mining de Mako Mining, incluida su antigua mina en producción La Trinidad y 12 concesiones muy prometedoras con un total de 107.392,5 hectáreas (ha) situadas junto a la cartera actual de GR Silver. En la actualidad es propietaria de las minas Plomosas y La Trinidad, que ya han producido y cuentan con todos los permisos para la producción futura. La compañía ha comenzado las actividades de perforación en Plomosas y ha encontrado mineralización de plata a poca profundidad en áreas nunca perforadas³.
Centrarse en mejorar la sostenibilidad
Es probable que la sostenibilidad de las operaciones se vuelva más prominente, con un mayor enfoque de las partes interesadas en toda la cadena de valor. Los objetivos climáticos han obligado a los gobiernos de todas las regiones a intervenir y hacer cumplir las estrategias de reducción de carbono. Además, ahora los inversores están más preocupados por mantener una cartera sostenible a través de inversiones basadas en los objetivos ESG, lo que obliga a las empresas a factorizar su cumplimiento.
Mayor uso de plata reciclada: el uso de la chatarra de plata está aumentando debido al incremento en los precios de los metales. Por segundo año consecutivo en 2020, el reciclaje mundial de plata creció un 7% interanual hasta alcanzar el máximo de siete años de 182 millones de onzas, con una participación⁴ del 56% de la chatarra industrial. Debido a una normativa medioambiental más estricta, la demanda de chatarra seguirá incrementando ya que reduce tanto las emisiones como la necesidad de producir nuevos metales.
El reciclaje de plata genera un 86% menos emisiones, en comparación con la minería primaria que produce 104 kilogramos de CO2. Las joyas fabricadas con plata primaria producen alrededor de 300 gramos de gases de efecto invernadero, mientras que la plata reciclada tendría una huella de carbono de solo 4 gramos.
Renovación de la atención a la mejora de las métricas de sostenibilidad: actualmente, las empresas se enfocan en múltiples áreas, entre ellas: el cambio climático, la sostenibilidad, el desarrollo de las comunidades, la gestión de los residuos y del agua, la salud y la seguridad aparecen como los puntos clave a los que las empresas mineras destinaron inversiones durante 2020.