La pandemia también arrojó luz sobre los obstáculos más amplios a los que se enfrentan los bancos con los datos.
En primer lugar, los bancos tienen un conjunto de incógnitas conocidas: los CRO reconocen que no tienen todos los datos que necesitan para tomar decisiones informadas y, en cambio, tienen que conformarse con lo que hay. Esto es especialmente relevante para sus programas de finanzas sostenibles y medio ambiente, social y gobernanza (ESG, por sus siglas en inglés), donde los datos específicos aún no están disponibles o estandarizados.
En el caso de los informes sobre ESG, cada vez se pide más a los bancos que se comprometan públicamente a reducir su exposición a las industrias intensivas en carbono. Los datos son fundamentales para ayudar a estos bancos a comprender claramente la complejidad de sus cadenas de suministros de inversiones y cómo se vinculan con la economía real. La forma en que los bancos utilizan y comparten estos datos es cada vez más compleja, ya que los parámetros en torno a este tipo de informes cambian y la exposición de los bancos se vuelve más transparente a ojos del público.
En segundo lugar, hay toda una serie de incógnitas, lo que significa que los bancos aún no saben qué datos deben buscar y tener en sus sistemas. Para las funciones de riesgo de los bancos, se trata de un desafío cada vez mayor y aquí es donde la contratación de los mejores talentos para navegar por los nuevos entornos será crucial para mantener una fuerte resiliencia. Será necesario un pensamiento más creativo sobre los numerosos "y si" que los bancos tienen que considerar ahora en una economía global cada vez más conectada.