El primer Índice Global de Confianza de los CEO de EY encuentra un amplio consenso entre los CEO de que las condiciones económicas, las oportunidades de inversión y su capacidad de crecimiento serán positivas en los próximos 12 meses. Esto refleja las recientes perspectivas de los economistas de EY (vía EY.com EE.UU.), que prevén un modesto aumento del 3,1 % del PIB mundial en 2024 y una ligera aceleración hasta el 3,2 % en 2025.
Los resultados varían según la región, el país y el sector, pero ningún país o sector prevé una recesión grave.
La encuesta revela que los CEO confían, pero no demasiado, en sus perspectivas a corto plazo. No están asumiendo fuertes vientos de cola económicos, pero ven un camino a seguir. Y están preparados para actuar y adaptarse para aprovechar y crecer en este entorno empresarial en constante cambio.
Los CEO confían más en el crecimiento de su propio sector que a nivel global o local. Esto no es sorprendente. Los CEO a menudo se sienten más seguros sobre el crecimiento en su propio sector debido a su conocimiento experimentado e influencia directa. Tienen un profundo conocimiento de las tendencias de la industria, la dinámica competitiva y las oportunidades de mercado específicas de su campo.
Esto está en línea con la encuesta de CEO de EY en abril, en la que la resiliencia de los CEO había impulsado una perspectiva más positiva sobre el crecimiento y la rentabilidad, y una mayor comodidad para navegar por desafíos externos fuera de su propia autoridad.
Del mismo modo, también hay una ligera diferencia en su optimismo sobre las inversiones orgánicas y su transformación tecnológica en comparación con las medidas inorgánicas, como las fusiones y adquisiciones o joint ventures (JV).
Esta amplia confianza de los CEO es importante para la economía global. La historia demuestra que la falta de confianza entre los líderes empresariales puede contribuir significativamente a las recesiones económicas o empeorarlas. Cuando los líderes pierden la fe en las perspectivas futuras, tienden a posponer o cancelar inversiones, reducir la contratación y reducir los costos. Un enfoque más cauteloso a menudo conduce a una disminución del gasto en bienes de capital, investigación y expansión, lo que desacelera el crecimiento económico. La reducción de la contratación y los posibles despidos aumentan el desempleo, reduciendo el poder adquisitivo de los consumidores.
El efecto dominó de las empresas que reducen sus operaciones se siente en toda la cadena de suministros, afectando a otras empresas y sectores. Este pesimismo puede convertirse en una profecía autocumplida, ya que la reducción de la actividad económica confirma los temores iniciales de los líderes, erosionando aún más la confianza y perpetuando el ciclo de contracción económica, lo que podría profundizar una recesión o prolongar una recesión.